El 2010 ha sido para Chile un año muy agitado. Este año esa nación andina ha tenido que ser testigo de varios hechos, pasando por fenómenos naturales que dejaron devastadoras secuelas, o accidentes en los que cientos de personas perdieron la vida, pero también en los que milagrosamente sobrevivieron. Además de cambios de mandatario y la celebración del Bicentenario de la Independencia.
La madrugada del sábado 27 de febrero, a 13 días de que Sebastián Piñera asumiera el poder de ese país como nuevo presidente, ocurrió un fuerte terremoto de magnitud 8,8 grados en la escala de Richter, que duró cerca de 2 minutos 45 segundos, afectando a varias regiones.
Como producto de este seísmo, considerado como uno de los cinco más fuertes en la historia de la humanidad, se produjo un fuerte tsunami, que arrasó gran parte de la costa chilena y destruyó varias localidades ya devastadas por el impacto telúrico.
El sismo dejó 521 víctimas fatales, 500.000 viviendas dañadas, 2.000.000 de damnificados, y unos 30.000 millones de dólares en pérdidas materiales.
Varios periodistas han preguntado al nuevo presidente chileno, sobre una posible maldición que le acecharía desde antes de que asumiera el poder, y el mismo día de la ceremonia de cambio de mando estuvo marcada por un nuevo temblor, y un ejemplo más de las centenares de réplicas que sucedieron al sismo del 27 de febrero.
Meses más tarde, el 11 de julio, a las 17:01 (hora local) los chilenos fueron testigos de otro fenómeno natural, pero en esta ocasión uno agradable, un eclipse solar. Investigadores y miles de aficionados se desplazaron hasta la Isla de Pascua (a 3.526 kilómetros del continente americano) en líneas de cruceros de viajes especiales para tratar de obtener las mejores vistas de este fenómeno, que durante cinco minutos la Luna ocultó al Sol.
Un mes después, el cinco de agosto en el yacimiento San José en la provincia de Copiapó, quedaron atrapados 33 mineros, debido a un derrumbe que se produjo a 622 metros de profundidad. Favorablemente tras semanas de perforación el rescate de los obreros se concretó con éxito el 13 de octubre.
El Gobierno se hizo cargo de los trabajos de socorro, y durante el tiempo en el que los mineros estuvieron atrapados en la mina, se formó alrededor de ella un asentamiento con los equipos de emergencias, familiares y prensa, conocido como 'Campamento Esperanza'.
Pero también el 2010 fue motivo de fiesta para Chile, ya que el 18 de septiembre se conmemoró los 200 años de la Independencia de la corona española, con la izada de la bandera más grande de Chile en la Plaza de la Ciudadanía en la capital de ese país, así como un sin número de actividades cívico militares.
Sin embargo, es lamentable que este año llega a su fin para esa nación con dos trágicos accidentes. El martes 23 de noviembre se tiñó de rojo, un autobús de una compañía local colisionó con un camión en el kilómetro 45 de la Autopista del Sol, a unos 100 kilómetros de Santiago, dejando un saldo de al menos 18 fallecidos y una veintena de heridos.
Dos semanas después, el ocho de diciembre esa nación andina volvió a ser golpeada por un terrible suceso al producirse un incendio en el interior del complejo carcelario de San Miguel (en las afueras de la capital chilena), donde al menos 81 reos perdieron la vida.
A pesar de todos estos funestos acontecimientos, Chile tiene motivo también para alegrarse ya que este 2010 ha crecido económicamente un 5 %.