Varios grupos de militantes partidarios de Laurent Gbagbo quien usurpó el sumo poder en Costa de Marfil después del término de su mandato presidencial el pasado diciembre, atacaron varios vehículos de las fuerzas de paz de la ONU en la las calles de Abiyán, la ciudad más grande del país. Como consecuencia de estos incidentes, tres 'cascos azules' resultaron heridos y al menos dos carros quemados.
Un testigo de lo sucedido el jueves 13 de enero, informó a la agencia informativa AP que fueron varios estudiantes marfileños leales a Gbagbo quienes asaltaron a su vista a uno de los vehículos de la misión internacional. Ellos hicieron pararlo, lo rodearon, rompieron las ventanas, sacaron al conductor y le golpearon, luego incendiaron el carro. Eso sucedió directamente delante de uno de los controles policiales de tránsito en un vecindario benevolente a líder rebelde.
“¿Deberíamos abrir nuestro camino por la fuerza? —Se preguntó con motivo de este incidente el jefe de la división de los derechos humanos en Costa de Marfil Simon Munzu— ¿Deberíamos disparar contra un control civil o por el mismo motivo contra todo un grupo que intentara bloquearnos? Esta es una cuestión que surge y que cada uno tiene que preguntarse y finalmente actuar de uno u otro modo porque es un verdadero desafío para nosotros en los marcos del cumplimiento de nuestro mandato”.
Mientras tanto, el Departamento de Estado de Estados Unidos que condenó la incitación a la violencia por parte de los allegados de Gbagbo dio su ‘beneplácito’ al candidato a embajador marfileño nombrado por Alassane Ouattara, reconocido por la comunidad mundial como presidente legítimo del país. Ouattara fue investido en diciembre pasado en Yamusukro, la capital constitucional de Costa de Marfil, y a partir de entonces formó así su propio Gobierno como un cuerpo diplomático apoyado ya por varias capitales europeas.
Según un reciente informe de la ONU a partir de mediados de diciembre 247 personas murieron en los violentos enfrentamientos entre los seguidores de Gbagbo y Ouattara. A estos datos deberían sumarse alrededor de 80 cadáveres revelados por los 'cascos azules' el jueves en una fosa común cerca de la localidad de Daloa.