El Gobierno cubano anunció que las recientes medidas de la Administración estadounidense hacia La Habana son positivas pero "muy limitadas", y que no suponen ningún cambio en la política de "bloqueo y desestabilización" contra la isla.
El Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (MINREX) emitió un comunicado oficial en el que señaló que "aunque las medidas son positivas, se quedan muy por debajo de esos justos reclamos, tienen un alcance muy limitado y no modifican la política contra Cuba".
La declaración oficial fue difundida después de que Washington anunciara el pasado 14 de enero la ampliación de viajes de estadounidenses a Cuba y una flexibilización en el envío de remesas a la isla. A partir de ahora, se permiten visitas a Cuba de estudiantes y profesores (por motivos académicos) y de grupos religiosos, así como el envío de remesas de un máximo de 2.000 dólares al año a ciudadanos de Cuba que no sean familiares. (Anteriormente solo se podía enviar dinero a familiares directos sin limitación de cantidad). Además, los aeropuertos internacionales en territorio norteamericano están autorizados para solicitar permiso para operar vuelos chárter directos al país caribeño.
En respuesta, La Habana expresó que estas medidas no tienen el objetivo de cambiar la política de hostilidad hacia la isla. "Si existiera un interés real en ampliar y facilitar los contactos entre nuestros pueblos, Estados Unidos debería levantar el bloqueo y eliminar la prohibición que hace de Cuba el único país al que los norteamericanos no pueden viajar", expresa el comunicado.
Según la cancillería cubana, estos cambios por parte de EE. UU. representan "la expresión del reconocimiento del fracaso de la política de los Estados Unidos contra Cuba y de que busca nuevas vías para lograr sus objetivos históricos de dominación".
En la declaración se sostiene, además, que Cuba "siempre ha favorecido los intercambios con el pueblo norteamericano, sus universidades, sus instituciones académicas, científicas y religiosas" y que todos los obstáculos que impiden las visitas de los estadounidenses a la isla siempre han sido puestos por el Gobierno de EE. UU.