En la capital bielorrusa se realiza la investidura presidencial de Alexándr Lukashenko, quien asume funciones como líder del país por cuarta vez consecutiva.
A la ceremonia están invitadas más de 2.500 personas, en particular altos dignatarios locales y representantes de países extranjeros. Sin embargo, los embajadores de todos los países de la Unión Europea abandonaron Minsk en señal de protesta contra los resultados de los comicios realizados el pasado 19 de diciembre, los mismos que Bruselas calificó de "poco democráticos". El encargado de negocios estadounidense también boicoteó la inauguración.
“Entrando en funciones del presidente de la República de Bielorrusia, juro solemnemente servir fielmente a mi pueblo, respetar y proteger los derechos y libertades del hombre y del ciudadano, respetar y defender la Constitución de la República de Bielorrusia”, dijo Lukashenko según el texto del juramento.
Anteriormente, la EU y los Estados Unidos criticaron al Gobierno del país por violaciones cometidas durante las elecciones y por detener a activistas de oposición. Bruselas y Washington han expresado la voluntad de introducir sanciones económicas y de visados para el presidente y su entorno. Se espera que el punto final en la toma de las medidas correspondientes será puesto el 31 de enero en una reunión de los cancilleres de los países de la UE.
Lukashenko es presidente de Bielorrusia desde 1994. Las enmiendas a la Constitución introducidas en la ley principal en un referendo en 2004 le permitieron quedarse en el poder ya por 17 años. Desde entonces, la Constitución ya no prohíbe a una persona ocupar el cargo presidencial más de dos veces consecutivas.