Vehículos de la ONU, 'depósitos de armas' para Gbagbo
El Gobierno de Laurent Gbagbo, al que la comunidad mundial se negó a reconocer, dispuso a considerar los vehículos de la fuerza de las Naciones Unidas en Costa de Marfil como 'depósitos de armas' con los fines de obstaculizar su desplazamiento por el territorio del país africano y apoderarse de ellos.
En su totalidad en Costa de Marfil se encontraban los 41 carros —blindados y no— que transportaban a los inspectores de la ONU y a los 'cascos azules'. La situación de los pasajeros de aquellos vehículos permanecía arriesgada desde que el 13 de enero varios grupos cometieran asaltos contra tres de ellos, los incendiaron y golpearon severamente al menos a uno de los conductores.
A partir del 24 de enero todos los transportes de la ONU como 'fuerza de ocupación', de acuerdo con una orden, serán “sometidos al registro minucioso”. La decisión está vinculada con la exigencia reiterada en varias ocasiones de que las Naciones Unidas abandonen el territorio marfileño. Pero de todos modos un portavoz militar de la misión local admitió que sus efectivos recurrían en los últimos días al uso de vehículos civiles sin los símbolos de las ONU, para desplazarse por el país.
La notoria decisión del Gobierno no reconocido facilitará, por cierto, la positiva acción del Consejo de Seguridad de la ONU a la hora de examinar la petición de la Comunidad de los Estados de África Occidental (CEDEAO) por la autorización del uso de la fuerza legítima contra el político perturbador. Tal petición fue expeditada el mismo lunes por el presidente del Consejo de Ministros de la CEDEAO, Odein Ajumogobia, quien también desempeña como ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria.
En un artículo suyo publicado en un periódico de Lagos, Ajumogobia explica que el uso de la fuerza legítima no necesariamente supone una invasión militar, sino que puede ser también un “bloqueo naval para imponer las sanciones internacionales aprobadas contra Gbagbo”. “Mientras más se agrave la crisis, de día en día se hace más inminente la amenaza a la paz y la seguridad en la región”, destaca el diplomático nigeriano. Por eso “la CEDEAO reclama un inequívoco apoyo internacional a través de la adecuada resolución del Consejo de Seguridad para autorizar el uso de la fuerza”.
Además de la tarea de buscar e inspeccionar las fosas comunes y otras huellas de las represalias del régimen de Gbagbo y de los tumultos locales, las 'fuerzas de paz' protegen la sede provisional de Alassane Ouattara, el presidente legítimo de Costa de Marfil investido simultáneamente con Gbagbo. Está instalada en el Hotel Golf de Abiyán, la ciudad más extensa del país, cercado por las fuerzas leales a Gbagbo.
El pasado 19 de enero el Consejo de Seguridad aprobó la medida que ignora las desfachatadas pretensiones de Gbagbo: el envío de otros 2.000 militares y policías para reforzar el cupo de los 'cascos azules', que de este modo quedaría compuesto por casi 12.000 efectivos.