Una nueva tormenta de nieve acompañada de fuertes vientos azota la costa este de Estados Unidos. Una vez más los aeropuertos se han visto obligados a cancelar vuelos, el tráfico está paralizado y cientos de miles de personas se han quedado sin electricidad en un amplio territorio de Washington a Boston.
La tempestad obligó a cerrar los colegios y numerosas oficinas públicas de Nueva York. Hasta la sede de la ONU tuvo que suspender sus actividades de este jueves, 28 de enero. El transporte terrestre también ha disminuido su intensidad.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, declaró la alerta máxima debido al temporal que ha descargado casi 40 centímetros de nieve. “Estamos ya en el enero con más nieve jamás registrado en la ciudad. Supera incluso el récord de 1925”, dijo Bloomberg y aconsejó a los ciudadanos que eviten salir de sus casas y aplacen sus viajes.
La administración de Nueva York había sido criticada por el caos que provocó la nevada de fin de año. Esta vez las autoridades aseguran que la megalópolis está mucho mejor preparada y dispone del número necesario de máquinas quitanieves y operarios.
Sin embargo, los aeropuertos de Nueva York no pueden funcionar con normalidad y miles de personas en varias zonas se han quedado sin electricidad debido las rupturas de cables y los cortocircuitos.
Washington, la capital estadounidense, también se ha visto afectada por la nevada. Allí el helicóptero de Barack Obama no pudo despegar en una base militar cercana para llevar al presidente a la Casa Blanca.
Según los meteorólogos, la nieve acumulada en la última jornada ya es más del doble de lo previsto. El frío en la región puede prolongarse hasta el fin de semana.