Más de 17 horas de barrido en el condado de Maricopa repartidas entre dos jornadas laborales permitieron a la oficina del alguacil de esta región de Arizona, Joseph Arpaio, reportar las 83 detenciones de los sospechosos inmigrantes.
A 68 de ellos —que eran ilegales— las pruebas periciales permitieron acusar de implicación en secuestros y trata de personas. Los 15 restantes, cuya ciudadanía era estadounidense, resultaron imputados en conducta antisocial, posesión de drogas, robo de vehículos y violación de las reglas de tránsito.
Parece emblemático que a su adversario en esta incesante lucha contra los ilegales, el propio alguacil no los denomina 'inmigrantes', sino 'ajenos', o 'aliens' en inglés. Precisamente esa palabra fue la utilizada en el título de su comunicado sobre la exitosa serie de chequeos. Además, Arpaio suele enumerar sus operativos de 'supresión'; esta fue la 18ª. La realizó una corporación de la policía antiinmigratoria, según dice, recién formada: este último pormenor con evidencia debería reafirmar su aporte personal en la organización de los detenimientos.
Joe Arpaio se siente orgulloso de que los 17 barridos anteriores de su oficina causaron más de 1.000 arrestos. Señala que la subida reciente del número de detenciones por trata de personas le obligó a apuntar otro barrido. El éxito evidente de este nuevo operativo que se concluyó el viernes es que la oficina de esta autoridad ha logrado aprehender durante la operación unos 330 kilogramos (725 libras) de la marihuana y algo de metanfetamina.
Los chequeos realizados en Maricopa a lo largo de los 18 años de Arpaio en el despacho —enfatiza: en la calle y en la cárcel— se totalizan con el número alrededor de 44.000 'ajenos' ilegales a los que inspeccionó, registró e interrogó. Con esta cifra el destacado funcionario municipal de Arizona pretende ser el agente del orden público, más enérgico a la hora de cumplir con las leyes inmigratorias estatales y federales. Es Arpaio quien fuera de los documentos oficiales, en cada su entrevista pública, se representa como el 'alguacil más duro' de Estados Unidos.