El noveno día de disturbios en Egipto culminó con un enfrentamiento entre grupos pro y contra Mubarak en la Plaza Tahrir de El Cairo. El conflicto ha dejado centenares de heridos entre los representantes de ambas partes y algunos muertos.
Ayer a través de un comunicado transmitido por la televisión estatal, el mandatario egipcio declaró que no se presentará a los comicios presidenciales de septiembre. Esta mañana el Ejército nacional, por su parte, exhortó a recuperar la estabilidad del país y pidió a los manifestantes que "volvieran a su vida normal". Apuntó que las demandas habían sido escuchadas y que es el momento de que los manifestantes regresen a sus hogares.
Sin embargo, la oposición instó a seguir protestando y declaró que empezará un diálogo con el vicepresidente Omar Suleiman solo si Mubarak se retira. Los manifestantes prosiguieron con sus marchas, demandando que Mubarak renuncie de inmediato.
Al mismo tiempo a las calles de El Cairo y Alejandría salieron simpatizantes del presidente. Miles de partidarios de Mubarak llegaron a la Plaza Tahrir de El Cairo, el epicentro de las manifestaciones contra el presidente. Muchos de ellos iban en camellos y caballos. La oposición asegura que una gran parte de ellos son policías y miembros de la guardia presidencial vestidos de civiles, y señalan que Mubarak había enviado matones para reprimir la protesta.
Una vez en la Plaza, seguidores y detractores del mandatario han comenzado con un tenso intercambio verbal, y después han empezado a lanzarse piedras, cócteles molotov, palos, zapatos y todo tipo de objetos. En medio de la incertidumbre se ha usado gas lacrimógeno.
Según informa Al Jazeera, centenares de manifestantes antigubernamentales intentaron huir del lugar, mujeres y niños entre ellos. Los choques y la estampada producida dejaron un saldo de centenares de heridos entre los representantes de ambas partes.
Por el momento el centro de la Plaza sigue bajo el control de los detractores de Mubarak, pero estos han quedado bloqueados por los partidarios del mandatario que se han apoderado de los márgenes de la plaza Tahrir, de los edificios cercanos y de varios vehículos del Ejército. Desde los tejados de las casas los partidarios del presidente egipcio lanzan piedras a sus opositores. Sin embargo, en los alrededores del epicentro de los enfrentamientos no se ven ambulancias, según informa Al Jazeera.
La oposición acentúa que se trata de una especie de chantaje, como si Mubarak ofreciera elegir entre él o el caos. Enfrente de la sede de la televisión estatal, a un kilómetro de la Plaza de Tahrir, se reunieron unas 500 personas con una pancarta que decía: "Sí a Mubarak, para proteger la estabilidad". Algunos opositores piensan que los seguidores del presidente egipcio contrataban a gente para participar en las manifestaciones a favor de Mubarak, pagándoles 17 dólares estadounidenses a cada uno.
Mientras tanto, el ministro del Interior de Egipto rechaza que policías vestidos de civiles se hayan unido a los grupos pro presidenciales, según informa la televisión estatal.
Entre los heridos hay también muchos periodistas: un camarógrafo de la cadena nacional Al Arabia, corresponsales de CNN y AP, y representantes del canal ruso VGTRK, entre ellos el jefe de la Oficina en Oriente Medio, Serguéi Pashkov. Los rusos fueron atacados por los simpatizantes del mandatario que les tomaron por un equipo de Al Jazeera.