La no proliferación nuclear, los conflictos en Oriente Medio y la seguridad europea son solo algunos de los temas primordiales que se abordarán en la Conferencia de Seguridad de Múnich. La 47.º edición de este foro internacional se inaugura hoy en la capital de la región alemana de Baviera. Los debates, que arrancarán mañana, se extenderán hasta el domingo y contarán con la participación de más de 70 delegaciones, 230 observadores, 12 jefes de estado y de gobierno, y 40 ministros de Exteriores y de Defensa, entre otros asistentes.
En el marco de la Conferencia se realizará una reunión del denominado Cuarteto de Oriente Medio (integrado por UE, EE. UU., Rusia y la ONU) que intentará impulsar el retorno de la negociación palestino-israelí, estancada tras la negativa de Tel Aviv de prolongar una moratoria sobre la construcción de colonias judías en los territorios ocupados.
El organizador de la Conferencia, Wolfgang Ischinger, indicó que esta vez a asuntos habituales como la guerra en Afganistán, Pakistán o el programa nuclear iraní, se sumarán los disturbios en Túnez, Egipto y Yemen, además de la 'ciberguerra' de WikiLeaks o la influencia de la crisis económica en las políticas de seguridad.
Entre los acontecimientos más destacados está previsto para el sábado el "intercambio de los instrumentos de ratificación" del START por parte de Rusia y EE. UU., para poner en funcionamiento el nuevo tratado de desarme nuclear. Otro de los asuntos que centrará los debates será la posible creación de un escudo antimisiles entre Rusia y la OTAN. Según mencionó el canciller ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista concedida a RT, este proyecto solo podría realizarse en caso de satisfacer los intereses de Rusia.
"El asunto de la defensa antimisiles comunitaria es de importancia vital. Si logramos realizarlo de manera apropiada, si cristalizamos un proyecto conjunto, será un avance significativo en el camino para cumplir las metas marcadas por la sesión Rusia-OTAN en Lisboa, es decir, instalar una cooperación estratégica. La postura de Rusia sobre la creación de un sistema conjunto tiene dos momentos a formalizar: el sistema debe basarse solamente en el fundamento de equidad de derechos para los socios y no debe producir ningún riesgo para el potencial estratégico de Rusia. En caso de satisfacer ambos puntos, creo que nos espera un enorme éxito. Pero si no llegamos a ningún acuerdo y si las negociaciones сon la OTAN encubren la creación de un sistema que responda a los intereses de EE. UU. y la Alianza e ignore los intereses rusos, para nosotros no quedará más remedio que tomar medidas convenientes", afirmó el canciller.