Estados Unidos no tiene bastantes capacidades para combatir un posible derrame de petróleo en Alaska, afirman varios oficiales estadounidenses. Uno de ellos es el almirante retirado Thad Allen, quien dirigió las operaciones de la Guardia Costera del país tras el accidente en el Golfo de México.
Comentó, que solo uno de los tres rompehielos norteamericanos es capaz de responder a un posible derrame en Alaska, reporta AFP. Obviamente no es bastante para la región, las aguas de la cual están cubiertas por hielo casi todo el año.
A su vez, el exvicegobernador del estado Fran Ulmer apoyó al militar al decir que, antes de empezar la perforación en el Ártico, el país debe “invertir en la Guardia Costera”.
“No es una opción, es un paso obligatorio que debe hacer nuestro país”, añadió. Ulmer fue miembro de la comisión presidencial, que llamó a una mayor atención del Gobierno hacia la prevención de tristes acontecimientos como los recordados incidentes petrolíferos.
Ambos personajes se oponen a los planes de los republicanos -quienes por el momento tienen la mayoría en el Parlamento estadounidense- a empezar a explotar los recursos de Ártico sin tomar precauciones adicionales.
Entre los problemas, a los que señalan, está la muy baja capacidad de la ciudad más cercana al área de posible exploración, que no logrará recibir más de unas 30 personas –cuando pueden ser necesarias miles de ellas- y la falta del hangar para los aviones de ala fija, que fueron ampliamente usados en la liquidación de la avería en el pozo de BP.
También indican, que la base más cercana de la Guardia Costera a la zona de la posible perforación está a centenares de kilómetros, que impediría no solo las obras de la limpieza del territorio, sino también las operaciones de rescate, si fueran necesarias.
Pero la verdad es que la aplicación de las precauciones por ahora es muy poco probable, ya que cuestan dinero, y uno de los puntos más importantes del programa actual del Partido Republicano es toda posible reducción de los gastos.
Al mismo tiempo, muchos representantes de este formación insisten en la exploración más rápida posible, ya que, según ellos, como, por ejemplo, Sean Parnell, el gobernador actual republicano de Alaska, las demoras en este proceso “matan puestos de trabajo y nos hacen hasta más dependientes del petróleo de Oriente Medio y todos otros”.
Hay que notar, que las perforaciones en la zona todavía no han comenzado, ya que la única compañía que fue licenciada para ellas, Shell, hace poco perdió dicho permiso por razón de la demanda de los grupos medioambientales de EE. UU. Ellos presentaron una apelación a la decisión de la Agencia de Protección Ambiental, que contó admisibles los niveles del dióxido de nitrógeno, producido por las naves de la compañía. Pero el Corte de Apelaciones de Medioambiente definió que las estimaciones de la Agencia fueron demasiado limitadas u ordenó a la institución revisarlas.