Haití busca una reconciliación de expresidentes, dispersando a opositores
La Policía de Haití dispersó con uso de gases lacrimógenos una manifestación que se congregó en Puerto Príncipe para protestar contra la prórroga del mandato del presidente René Preval. El político debía haber abandonado su puesto este lunes, pero en virtud de una ley aprobada a finales del año pasado, continuará en el poder hasta el próximo 14 de mayo.
Unos cincuenta manifestantes bloquearon el lunes el tráfico alrededor del arruinado palacio presidencial, encendiendo neumáticos, sacando los escombros de las construcciones destruidas por el terremoto de 11 de enero de 2010 y volcando los recipientes de basura. “Preval debe renunciar”, reiteraron gritando los seguidores de uno de los aspirantes de la Presidencia nacional que perdió en las urnas el noviembre pasado y todo este tiempo estaba impugnando el acceso a la segunda vuelta. Insistieron que debía hacerlo ahora mismo.
La manifestación fue recibida con poco interés por parte de la población capitalina, al tiempo que decenas de personas obligadas a salir de sus casas ahumadas con el gas lacrimógeno arremetieron contra los participantes. Más entusiasmo fue provocado por el otorgamiento, el mismo lunes, de un nuevo pasaporte al expresidente Jean Bertrand Aristide, lo que le permitirá regresar pronto de su exilio en Sudáfrica.
“Creo que nos acercamos, pero todavía no lo hemos conseguido”, denunció uno de los abogados de Aristide, Ira Kurzban, residente en Miami, siendo interrogado sobre el perspectivo retorno del exdirigente a Puerto Príncipe. Si la autorización se confirma, el exmandatario, derrocado en dos ocasiones (en 1991 y en 2004), podrá retornar al igual que lo hizo en enero uno de sus antecesores en el cargo presidencial, Jean-Claude Duvalier. Ambos son bastante populares en los medios más humildes de la sociedad haitiana, aunque el primero se atribuía con la izquierda, mientras el segundo era derechista.
Junto al ya indiscutible liderazgo en el primer turno de los comicios de Mirlande Manigat, la esposa del expresidente Leslie Manigat, tambien derrocado (en 1988), este retorno abriría el paso a una reconciliación nacional liderada por todos los supervivientes antiguos mandatarios del país.