Moscú y la OTAN encontrarán una manera de asegurar que sus sistemas antimisiles en Europa funcionen conjuntamente, pese a la actual divergencia en los enfoques a este tema, supone el ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov. Así lo afirmó el diplomático en una entrevista concedida a la cadena de televisión inglesa BBC.
Lavrov admitió que el escudo antimisiles de la Alianza se fundamentará en el sistema existente norteamericano, a raíz de que Estados Unidos jamás negaría su control sobre el 'botón rojo'. Lo mismo es justo para el botón ruso de la defensa misilística. Sin embargo, señaló el ministro, “los militares saben cómo garantizar, tomando en consideración ambos factores, el trabajo conjunto durante el lanzamiento de tal sistema, sin provocar sospechas entre los participantes, lo que suponen las garantías jurídicamente conseguidas y técnicamente viables de que ninguna de las partes del sistema sería encañonada contra alguna de sus integrantes”.
“Queremos concentrarnos en la oportunidad que tenemos para desarrollar un sistema antimisiles conjunto, en el que todas las partes tengan derechos equitativos. Si pudiéramos lograrlo, eso significaría que nuestras relaciones con la OTAN adquirirán una nueva propiedad: el desembarazo —dijo Lavrov—. Pero si dejamos pasar esta oportunidad, creo, que será una gran pérdida para la historia, para nuestros países y nuestros pueblos”.
A finales de enero el presidente Dmitri Medvédev recordó que Rusia espera una respuesta definitiva, por parte de la OTAN, sobre la propuesta rusa de un escudo con derechos y deberes equitativos para Bruselas y Moscú, tratada desde la cumbre Rusia-OTAN que se celebró en noviembre pasado en Lisboa. Pero así en la capital política de la Alianza, como en el otro lado del océano los expertos emiten temores de que incluso de haber resuelto el montón de problemas técnicos ante la integración de los sistemas ruso y norteatlántico, la cooperación permanecería inviable por culpa de que ambos lados, siguen incluyendo en la lista de sus amenazas potenciales uno a otro.
La propuesta de la OTAN formulada por primera vez en 2008 por el presidente George Bush radicaba en la idea de la estrecha coordinación, pero no siempre transparente, de dos sistemas autónomos —ruso y de la Alianza— de control aéreo y defensa contra el probable ataque coheteril.
Este jueves en Bruselas las partes empezaron las consultas sobre la reconciliación de los dos proyectos. “Estamos decididos a conservar los logros positivos, no solo en la Euroatlántica, sino también en las organizaciones regionales”, afirmó el canciller el mismo día planteando las próximas metas ante la diplomacia rusa.