El Gobierno de Italia decretó el 'estado de emergencia humanitaria' por la afluencia en los últimos días de miles de inmigrantes procedentes de la costa africana, en su mayoría del crispado Túnez.
El ministro de Asuntos Interiores, Roberto Maroni, del partido de Liga del Norte que suele apoyar las medidas más rígidas posibles contra la inmigración ilegal, anunció la alarma el viernes. Lo hizo después de que aproximadamente un millar de ciudadanos hubieran solicitado asilo en el país europeo. En los tres últimos días en Lampedusa, una isla mediterránea situada más cerca de África que de Europa se está produciendo una llega masiva de embarcaciones. En su totalidad, el número de inmigrantes africanos que se apearon en este enclave supera los 3.000 en lo que va de año.
Considerando como una anomalía el crecimiento repentino del flujo de inmigrantes, el Ministerio de Interior acentúa la tendencia contraria que caracterizó el año anterior. El volumen de indocumentados se reducía poco a poco, conforme el Gobierno italiano estaba concluyendo los acuerdos con sus pares africanos para prevenir en conjunto la migración ilícita. Últimamente la Guardia Costera nacional solía devolver al país de origen a todos los llegados a las costas sureñas sin examinar si cada uno de ellos, fuera o no digno de integrarse en la sociedad italiana.
Un comunicado de prensa, difundido el sábado por las autoridades estatales anunció que un Consejo de Ministros extraordinario, convocado este sábado para hacer frente a la llegada de numerosos ciudadanos norteafricanos al territorio meridional, aprobó una medida extraordinaria. “Tras la declaración del estado de emergencia sucederá la promulgación de una ordenanza de Protección Civil con una serie de medidas urgentes para controlar el fenómeno y asistir a la población —sugiere el comunicado—. El departamento de Protección Civil estará trabajando en coordinación institucional con el Ministerio del Interior siguiendo sus propios perfiles de competencia”.
El periódico Corriere della Sera aseguró que en las costas de Túnez se agolpaban aún numerosas familias, dispuestas a pagar la cantidad de dinero que sea para conseguir llegar a las costas europeas. Según los testimonios de quienes ya han recorrido este trayecto, la travesía les costaba entre 500 y 700 euros. Otros medios de comunicación italianos informan en directo de la llegada al muelle Favaloro, de nuevas chalupas.
Este auténtico asedio de los tunecinos obligó al Ejecutivo a solicitar la convocatoria urgente de una sesión extraordinaria del Consejo Europeo de Justicia, para elaborar una nueva política al respecto de la inmigración “a la luz de los acontecimientos en Túnez y en la cuenca africana del mar Mediterráneo”.
Aunque entre otros factores del aumento de la llegada de ‘sin papeles’ al sur de Italia, los expertos policiales consideraban el buen tiempo reinante en el estrecho de Sicilia, el sábado por la tarde se dio a conocer el caso del fallecimiento de una persona y la desaparición de otra más tras naufragar en el golfo de Gabes, al este de la costa tunecina, una barcaza con inmigrantes a bordo. Según las fuentes tunecinas, la embarcación acababa de zarpar y tenía una sobrecarga doble de ocupantes. Después del accidente, se logró rescatar una decena de personas.