En Afganistán al menos 21 personas, la mayoría de ellas policías, murieron este sábado mientras que decenas resultaron heridas, tras una serie de atentados contra la sede de las fuerzas de seguridad en la región de Kandahar.
Según las autoridades locales, cinco insurgentes suicidas hicieron explotar los explosivos que llevaban consigo en las inmediaciones de la sede policial. Asimismo informaron que otros guerrilleros atacaron el edificio de la policía con armas de fuego desde un inmueble situado al frente de la comisaría.
Pocas horas después de los atentados, miembros del grupo talibán reivindicaron el ataque. Esta región es considerada como uno de los bastiones de esa agrupación extremista y se ha convertido en escenario de constantes enfrentamientos entre sus miembros y tropas de la OTAN.
“Al menos 45 personas resultaron heridas, algunas de ellas se encontraban en estado crítico”, dijo en conferencia de prensa el gobernador de Kandahar.
Al parecer, la agresión al contingente policial tenía como objetivo demostrar que la seguridad en la zona desde la llegada de las fuerzas de la OTAN no ha mejorado, como había informado anteriormente la Alianza.