La policía en Yemen y Argelia disolvió las manifestaciones antigubernamentales, inspiradas con más probabilidad por las revoluciones en Túnez y Egipto.
En la capital de Yemen, Saná, centenares de protestantes que exigían la dimisión del presidente actual Alí Abdulah Saleh, fueron golpeados por fuerzas del orden. El presidente sigue en su puesto desde el año 1978. Los manifestantes estaban dirigiéndose hacia la embajada de Egipto. La policía no permitió a la muchedumbre alcanzar su objetivo.
También se reporta, que las autoridades de Yemen se ocuparon de llevar a la plaza de Tahrir -la cual comparte nombre con el centro neurálgico manifestante de Egipto- a los partidarios de los movimientos progubernamentales y de la formación que está en el poder. Ellos organizaron un campamento de tiendas en la plaza donde se dieron cita aproximadamente 5.000 personas.
A su vez, en la capital de Argelia, Argel, unos 10.000 ciudadanos salieron a las calles bajo diferentes consignas contra el presidente Abdelaziz Bouteflika, quien dirige los designios del Estado desde 1999. Hace dos años fue cambiada la Constitución para permitir al gobernante seguir en su puesto una cantidad de veces indefinida.
Las demandas principales de los manifestantes fueron introducción y consideración de reformas democráticas. Se reporta que unas 400 personas resultaron detenidas por un corto plazo, pero no hubo enfrentamientos significantes con la policía, que estuvo preparada para las marchas de oposición.
Es destacable que ambos mandatarios se preocuparon mucho por los acontecimientos en Egipto: precisamente durante los mismos prometieron cambios en sus políticas estatales. Saleh anunció que no iba a presentarse a las nuevas elecciones del año 2013, y Bouteflika se comprometió a realizar varias reformas políticas, incluso cancelar el estado de emergencia, que fue anunciado en Argelia en 1992, y prestar acceso a todos los partidos del país a medios de comunicación.