Las autoridades de EE. UU. pagaron millones de dólares durante ocho años a un hombre que se comprometió a desarrollar una tecnología computacional para detectar planes terroristas, incluyendo “mensajes clandestinos” de un canal árabe. Ahora, Washington hace todo lo posible para encubrir el hecho argumentando que se tratata de un secreto de Estado.
Sin embargo, fuentes involucradas en la historia dijeron que el Gobierno trata de evitar que se filtre cómo se vio víctima de fraude por parte de un programador.
Dennis Montgomery, en el pasado un especialista en biometría, se encontró en el centro de una historia que incluye el temor al terrorismo, consultas secretas en la Casa Blanca, el respaldo de influyentes republicanos y negocios clandestinos.
Según varios funcionarios actuales y antiguos, socios de negocio y documentos a los que alude el diario estadounidense The New York Times, el programador y sus socios recibieron más de 20 millones de dólares durante ocho años en contratos gubernamentales por un programa computacional presuntamente capaz de prevenir futuros ataques de la red internacional terrorista Al Qaeda. Sin embargo, las fuentes señalaron que es muy probable que el programa haya sido un fraude y que la CIA y la Fuerza Aérea habrían sido engañadas.
Montgomery afirmaba que su programa podía descifrar mensajes terroristas supuestamente cifrados en reportajes de Al-Yazira, detectar a terroristas en videos grabados por vehículos aéreos no tripulados y localizar submarinos hostiles.
Desde el 11-S, el Gobierno estadounidense ha asignado miles de millones de dólares para combatir el terrorismo internacional, por tanto, tan efectivo nuevo instrumento contra los terroristas no pudo ser ignorado por los funcionarios del Gobierno.
La CIA parece haber empezado a dudar de la tecnología de Montgomery en 2003, pero no compartió sus preocupaciones con los militares. Algunos colegas del programador informaron a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en 2006 de que él había manipulado reiteradamente los resultados de pruebas de su programa durante las presentaciones para funcionarios. Esto no impidió, sin embargo, que Montgomery obtuviera un nuevo contrato de la Fuerza Aérea, por 3 millones de dólares, pese a que el oficial encargado del contrato confesó que estuvo al tanto de que otras agencias se mostraban escépticos sobre el programa.
Según un estudio anunciado en enero pasado, el Pentágono pagó 285.000 millones de dólares durante tres años en contratos a más de 120 empresas acusadas de fraude o violaciones.
El ascenso en negocios para Montgomery empezó en 1998 cuando cofundó la empresa eTreppidTechnologies con su socio Warren Trepp, inversionista en bonos de alto riesgo. En aquel entonces, Montgomery dijo haber inventado una tecnología para colorear filmes que no fue de interés para Hollywood. Empero, encontraron clientes en 2002 al optar por aplicaciones de demanda política.
Con la ayuda del congresista Jim Gibbons, un republicano que se convertiría en gobernador de Nevada y viejo amigo de Trepp, la empresa captó la atención de los funcionarios de inteligencia en Washington al afirmar Montgomery haber inventado una tecnología para descifrar mensajes terroristas en las emisiones de Al-Yazira.
La empresa muy pronto obtuvo casi 10 millones de dólares en contratos del Mando de Operaciones Especiales y la Fuerza Aérea, la última por la tecnología de localizar a terroristas a través de videos grabados por vehículos aéreos no tripulados.
En diciembre de 2003, Montgomery advirtió que hubo información cifrada en Al-Yazira de que algunos aviones con rumbo a EE. UU. desde el Reino Unido, Francia y México eran metas de un posible secuestro. A raíz de esa información el entonces presidente George W. Bush ordenó hacer regresar los aviones antes de que entraran el espacio aéreo estadounidense.
Tras el incidente, las autoridades francesas realizaron un estudio secreto y concluyeron que la tecnología era falsa.
Después de una amarga pelea entre Montgomery y Trepp en 2006 que llevó a una serie de demandas, el FBI y la Fuerza Aérea enviaron a sus jueces de instrucción a eTreppid para investigar las acusaciones contra Montgomery de que presuntamente había robado los datos digitales de los sistemas de la empresa.
En entrevistas, varios empleados afirmaron que Montgomery había manipulado reiteradamente los resultados de las pruebas de su programa durante las presentaciones para funcionarios gubernamentales, según documentos de Gobierno.
La investigación fracasó, sin embargo, cuando un juez dictaminó que el FBI había realizado un registro indebido del domicilio del programador.
La administración Bush declaró que algunos detalles confidenciales sobre el uso del software de Montgomery era un "secreto de Estado" que podría causar graves daños si se daba a conocer en la corte.
En otoño pasado, los jueces federales en Montana y Nevada, que supervisaban algunas de las demandas, emitieron órdenes de mantener los materiales en secreto.