En la capital de Libia, Trípoli, han surgido al menos cuatro focos de manifestaciones de la oposición que exigen la dimisión del líder del país, Muamar al Gadafi. Según algunos medios locales, la policía intenta dispersar a la muchedumbre con munición y gases lacrimógenos y en la capital se escucha el sonido de disparos.
De momento se está dirigiendo al pueblo el hijo de Gadafi, Seif Al Islam. El líder del país, que ocupa el poder desde 1969, guarda silencio desde el inicio de los disturbios.
El representante de Libia en la Liga de los Estados Árabes, Abdel Moneim al-Honi, informó sobre su dimisión en señal de protesta por las acciones del poder respecto a los manifestantes y se unió a los opositores. En Bengasi una subdivisión del ejército libio se ha unido a los adversarios del régimen de Gadafi.
Mientras tanto durante la reunión de la UE en Trípoli este domingo, el primer ministro de Libia, Al Bagdadi Ali Al Mahmudi, declaró que el poder de la república tiene el derecho a tomar todas las medidas necesarias para conservar la integridad del país. "Libia tiene el derecho de tomar cualquier medida para conservar la integridad del Estado y una vida estable para la población, defender sus riquezas naturales y su herencia cultural, y al mismo tiempo conservar unas buenas relaciones con otros países", dijo Al Mahmudi. Según el primer ministro del Gobierno, los disturbios populares de los últimos días forman parte de un plan dirigido a la desestabilización y a hacer de Libia un bastión del terrorismo.
Desde el martes Libia sufre una oleada de protestas antigubernamentales que se centran en su mayoría en Bengasi -la segunda ciudad por tamaño-, donde la oposición a Muamar al Gadafi tiene más fuerza. Como resultado de los enfrentamientos en Bengasi perecieron ayer al menos 84 personas y centenas resultaron heridas. La suma total de víctimas durante los últimos días asciende a más de 200 personas.
La información de los medios locales sobre los acontecimientos en Libia es difícil de comprobar debido a que desde el sábado pasado el país sufre fuertes restricciones en el acceso a internet. Según el Gobierno local, precisamente la red ayudó a coordinar las acciones de los líderes opositores en los países de África del Norte y de Oriente Próximo.