El lunes por la noche las autoridades libias decidieron cerrar el espacio aéreo sobre Trípoli no dando su consentimiento al aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de los aviones de una compañía aérea de Austria para la evacuación de ciudadanos de la UE de la ciudad, que registró durante el lunes al menos 250 víctimas mortales tras los intensos bombardeos del Ejército del Aire libio. No obstante, unas horas después se ha vuelto a permitir de nuevo el tráfico aéreo sobre la capital.
El bombardeo se llevó a cabo poco después de que todas las comunicaciones telefónicas fueran cortadas súbitamente en esa parte del país, informa la cadena Al Jazeera. La capital está 'sitiada' por hombres armados que circulan en vehículos y también abren fuego sobre los civiles. "Los aviones militares están atacando a civiles y manifestantes ahora en Trípoli. Los civiles están asustados", ha subrayado Fathi al-Warfali, el líder del Comité Libio de la Verdad y la Justicia. "Lo que estamos viendo hoy es inimaginable. Aviones de guerra y helicópteros están bombardeando de forma indiscriminada una zona tras otra. Hay muchos, muchos muertos", ha declarado Adel Mohamed Saleh, un activista político, a la emisora de televisión catarí.
Las autoridades niegan esta información: la televisión estatal habla sólo de "varios muertos" e indica que "se bombardearon almacenes con municiones que se encontraban en zonas alejadas de las zonas residenciales".
Dos pilotos del Ejército del Aire libio que se han negado a lanzar sus bombas sobre los manifestantes de Trípoli y han preferido huir y aterrizar en un aeropuerto de Malta, confirmaron la información del bombardeo. Los dos militares, ambos coroneles, despegaron de una base de Trípoli y uno de ellos ha solicitado el asilo político.
Los rumores de que el líder del país, Muammar al-Gaddafi, ha abandonado Libia en dirección a Venezuela han sido desmentidos tanto por el viceministro libio de Asuntos Exteriores, Khaled Kaim, como por el propio Gobierno de Venezuela. El hijo mayor del alto mandatario, Seif al Islam, también dio a entender que su padre no tenía ninguna intención de huir del país: "Muammar al-Gaddafi se encuentra en Trípoli y dirige personalmente la batalla contra quienes conspiran contra nuestro país", dijo. Afirmó igualmente que Gaddafi "no es [el líder tunecino] Zine el Abidine Ben Alí o [el egipcio] Hosni Mubarak", ambos derrocados por las protestas populares, y que las Fuerzas Armadas libias le seguían siendo fieles.
La reacción nacional e internacional
El ministro libio encargado de Emigracion y de la Comunidad Extranjera, Ali Errichi, que se encuentra en la ciudad estadounidense de Boston, exigió formalmente a Gaddafi que abandone el poder, según Al Jazeera. Ibrahim Dabbashi, embajador adjunto de Libia ante Naciones Unidas dijo que Gaddafi debe "dejar el poder lo antes posible" y la comunidad internacional debe "evitar que se refugie en otro país”. El diplomático calificó todo lo que está pasando en el país de "genocidio", y especialmente se refirió al