Rusia se prepara para su fiesta de la primavera: la Máslenitsa
Los rusos empiezan a celebrar la Gran Máslenitsa, una de sus fiestas populares preferidas, comiendo los tradicionales crepes.
La Máslenitsa se celebra una semana antes del comienzo de la Cuaresma. En estos siete días los cristianos no sólo se despiden del invierno, sino que también se preparan para la llegada de la Cuaresma: no comen carne, pero se permite comer productos lácteos, pescado y mantequilla (o 'maslo' en ruso), alimentos que no se podrán consumir durante el periodo de abstinencia anterior a la Pascua de Resurrección. La gente también trata de pensar en las cosas buenas y realmente importantes de la vida.
En Rusia la Máslenitsa siempre ha sido una celebración muy especial y existe la superstición de que los que no la festejan, tendrán una vida infeliz y difícil.
El primer día de la Máslenitsa los parientes se reúnen tradicionalmente en torno a una mesa repleta de 'blinis' (crepes). Los blini son lo que en diferentes partes del territorio hispanohablante se puede encontrar con el nombre de panqueque, crepe, crepa, filloa, tortita o frisuelo.
Antiguamente el primer crepe que se cocinaba se entregaba a los pobres para que ellos rogaran por los fallecidos.
Las atmósfera divertida de la Máslenitsa se conserva hasta nuestros días.
Para el fin de semana está prevista la instalación de atracciones infantiles y la realización de actividades para toda la familia en los parques. Niños, jóvenes y adultos pueden disfrutar de desfiles de músicos y payasos, actuaciones artísticas, conciertos de música folclórica y moderna y concursos de disfraces. Una de las tradiciones más peculiares son las competiciones para establecer quién es más hábil, rápido o fuerte. Tambien se organizan varios espectáculos y juegos para entretener al público. Las celebraciones finalizan con la quema de un espantajo o muñeco de la Máslenitsa, que representa al invierno.
El fin de la Máslenitsa coincide con la fiesta religiosa ortodoxa del Domingo del Perdón, dedicada a la redención. Este día, en vísperas de la inminente Cuaresma que empieza el lunes y dura siete semanas, los creyentes piden perdón a todo el mundo y deben ser perdonados para poder participar en el periodo de abstinencia sin ningún pecado, para concentrarse en la vida espiritual y, a continuación, para recibir la Pascua con el corazón abierto.