Un grupo de montañistas siberianos izaron la bandera rusa y también la de la región de Krasnoyarsk sobre la cima más alta del continente americano: el Aconcagua. Diez hombres, todos ellos operarios del transporte fluvial y portuarios del río Yeniséi, escalaron a lo largo de tres días en condiciones adversas bajo una fuerte nevada y un viento muy intenso al volcán extinto, que tiene una altitud de 6.962 metros.
Uno de los integrantes del colectivo, Nikolái Zajárov, ha informado hoy desde Argentina, en cuyo territorio se sitúa la montaña, que en este momento los diez están descendiendo hacia el campamento base y se sienten bien. Agregó que dos de ellos, los más experimentados, realizaron días antes una ascensión de prueba, de tal modo que para ellos la conquista de la cima mendocina se hizo por partida doble. Los entrenadores de este grupo explicaron también que el objetivo de la ascensión era la preparación, en condiciones especialmente difíciles -como lo ha sido en los Andes-, para un campeonato nacional en Rusia de escaladas de altura.
De año en año, unas 7.000 personas llegan al parque Aconcagua para practicar montañismo, pero son menos de 4.000 las que intentan completar el ascenso y muchas menos las que lo logran. Un promedio de cuatro montañistas mueren intentando llegar a la cumbre cada año. En lo que va de 2011 ya se han dado cinco incidentes con víctimas fatales, extranjeras todas ellas. El último fue el checo Thomas Fedelec, de 38 años, que fue hallado muerto el pasado 14 de febrero dentro de su carpa en un campamento situado a 5.900 metros de altura: aparentemente falleció por una afección respiratoria y cardíaca provocada por la escasez de oxígeno.
De la totalidad de montañistas que en 2010 ascendieron a la montaña, 2.223 fueron argentinos; 760, estadounidenses, y 380, alemanes. Entre los rusos el volcán no es tan popular como las cimas del Himalaya, a pesar de que el Aconcagua es la cumbre más alta del mundo fuera de Asia. De todos los rusos, este es el primer equipo de siberianos.