El 2 de marzo se cumplieron 175 años de la guerra de independencia de Texas (1835-1836) que resultó en la separación del estado de Texas con respecto a México. Hoy existen diferentes opiniones sobre este acontecimiento, algunos piensan que fue una guerra santa por la libertad, otros opinan que fue una revuelta contra el legítimo gobierno.
Historia de Texas
Los primeros pobladores norteamericanos entraron al Texas mexicano como colonos que habían sido obligados a emigrar debido a persecuciones religiosas o a perturbaciones económicas. De parte del Gobierno mexicano recibieron tierras gratuitas y condiciones extremadamente generosas, entre ellas la libertad de impuestos. De esta manera, la cantidad de habitantes aumentó rápidamente.
Entre otros factores que explican el influjo de colonos en el territorio mexicano se destaca la ideología, conocida como el Destino Manifiesto (Manifest Destiny). Éste se basa en la idea de que el destino de los EE. UU. (determinado por Dios) era extender sus fronteras a lo largo del vasto territorio del continente norteamericano.
Por otra parte, los fundadores de la nación mexicana creían en el progreso, en la industria, en la expansión de la agricultura y la ganadería. Pensaban que para que México fuera tan próspero como Estados Unidos necesitaban colonos para el norte y por ello fueron tan absurdamente generosos en las concesiones.
El primer establecimiento norteamericano en territorio texano fue el del negociante Moisés Austin que en 1820 solicitó una concesión para asentar 300 familias anglosajonas en la zona. Después de su muerte la concesión fue heredada por su hijo Stephen Austin. Este permiso autorizaba el establecimiento de 300 familias libres de pagar derechos de importación durante siete años. Debido a la crisis económica en los Estados Unidos, Austin no tuvo ningún problema en encontrar las trescientas familias estipuladas en el convenio.
A partir de 1824, el Gobierno de la República Mexicana y el de Coahuila y Texas multiplicó las concesiones de tierras sin tomar ninguna precaución. Esta medida atrajo a cientos de empresarios norteamericanos que veían en Texas a un paraíso para el cultivo del algodón. Además, abundaron varios aventureros, prófugos de la justicia y delincuentes desempleados.
La causa principal de la independencia de Texas fue el descontento de los texanos respecto a la política de México. Por ejemplo, no les gustaba la procedencia criminal de muchos soldados destacados en la provincia, pues muchos de ellos fueron criminales convictos que habían elegido, antes que la prisión, servir en el Ejército. También estaban en desacuerdo con la ubicación de la capital coahuilense, la cual se trasladaba de Saltillo a Monclova, localidades muy al sur, a 800 kilómetros del límite sur de la provincia texana.
Pero las verdaderas causas estaban en la constitución mexicana de 1824 y su sucesora, las Siete Leyes, que prohibían la esclavitud. En ese entonces los esclavos negros eran una cosa común entre los colonos. Una de las medidas en contra de la esclavitud fue prohibir y evitar la extradición de esclavos prófugos y también el hecho de prohibir y declarar la invalidez de dichos contratos, algo que enfureció a los dueños.
En 1836, los estadounidenses en Texas proclamaron unilateralmente su independencia de México. Entonces, el general Antonio López de Santa Anna se dirigió a Texas con un enorme ejército y los colonos estadounidenses se vieron incapaces de organizar una resistencia ya que no contaban con un ejército regular.
En marzo del 1836, durante la famosa defensa del Álamo, la guarnición de los combatientes estadounidenses fue aniquilada. Entre los fallecidos se encontraba el famoso hombre de la frontera y personaje del folclor norteamericano Davy Crockett.
Lo mismo pasó con otra guarnición en Goliad. Los mexicanos mataron a la mayor parte de sus combatientes después de que estos se habían rendido. Posteriormente, el general Sam Houston logró reunir a un pequeño ejército y en 1836 derrotó al Ejército mexicano en la batalla de San Jacinto. Texas había obtenido su independencia que fue proclamada el 2 de marzo de 1836 en la Declaración de Independencia de Texas.
Santa Anna fue capturado y llevado a la bahía de Galveston, en donde se le obligó a firmar los Tratados de Velasco el 14 de mayo de 1836 en los que se reconocía la independencia de Texas a cambio de su vida y seguro retorno a México. En 1845 la anexión de Texas a la Unión fue aprobada por una resolución conjunta de las dos cámaras del Congreso estadounidense.
México
Para los mexicanos la guerra de Texas es el episodio más triste de su historia y consideran la independencia del estado, de cerca de un millón de kilómetros cuadrados, un episodio injusto que no quieren olvidar.
En opinión de muchos mexicanos, los EE. UU. desmembraron a su vecino iberoamericano y ahora está levantando barreras para impedir el paso de un país a otro, dividiendo a las familias.
El profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Víctor Manuel Quintana, dice que en Texas, actualmente uno de los estados más conservadores de los EE. UU., crece la actitud antiemigrante impulsada por la reciente ley contra la inmigración ilegal en Arizona.
Además, los indocumentados que cruzan la frontera sufren del crimen organizado que controla muchas zonas del norte de México. Tienen que pagar por el tránsito, muchas veces son secuestrados y tienen que pagar cuotas por sus parientes para que les dejen ir más allá.
Estados Unidos
Para los EE. UU. la guerra de Independencia de Texas es una página orgullosa de su historia. El 2 de marzo, en la localidad de Washington-on-the-Brazos, para conmemorar el 175 aniversario se congregarán los descendientes de los firmantes de la Declaración de Independencia de Texas.
“El espíritu de independencia que gobernó Texas durante la revolución todavía está aquí. Los texanos son orgullosos de ser independientes, trabajadores, innovadores, todo lo que fueron, según nuestra opinión, los fundadores de la República de Texas”, dijo Light Cummins, profesor de Austin College.
Hoy Texas es un típico estado sureño conservador donde el partido republicano domina la vida política. Además, es un típico estado del muy religioso Cinturón Bíblico (región de EE. UU. donde está arraigado el cristianismo evangélico) y que tiene la mayor cantidad de iglesias per cápita en el país.