Respondiendo a la polémica desatada en todo el mundo en torno a una posible intervención militar otaniana en Libia, el presidente y Comandante en Jefe de EE. UU., Barack Obama, no descartó la imposición de una zona de exclusión aérea.
Durante su rueda de prensa conjunta con el mandatario mexicano Felipe Calderón, Obama dio a entender que detrás del envío de buques de guerra estadounidenses está el deseo de su país de disponer de todos los medios para influir en el conflicto interno en Libia.
"Lo que queremos es tener la capacidad de intervenir potencialmente rápido si la situación se deteriorara", manifestó el mandatario estadounidense.
Mientras tanto, distintos altos mandos de la OTAN aseguran que el bloque no pretende intervenir militarmente ni tampoco hay consenso entre los países aliados para imponer una zona de exclusión aérea, que podría implicar altos costos militares, económicos y políticos.
Así, por ejemplo, en Bruselas una fuente diplomática de la Alianza comunicó el pasado miércoles a la agencia rusa ITAR-TASS que la OTAN no está preparada para una operación militar en Libia.
“La Alianza sigue atentamente el desarrollo de la situación y está dispuesta a cualquier viraje inesperado en su desarrollo, pero no se trata de ninguna operación militar contra Al-Gaddafi”, afirmó el interlocutor de la agencia al comentar los resultados de la segunda reunión de la OTAN a nivel de embajadores, dedicada a la situación en el norte de África.
En Bruselas tampoco se logró un consenso sobre la imposición de una zona de exclusión aérea a Libia, lo que requeriría neutralizar las instalaciones militares antiaéreas y aéreas de ese país a fin de impedir que Gaddafi aseste golpes por aire a las zonas del país controladas por la oposición.
"Vamos a llamar a las cosas por su nombre. Habría que empezar por destruir las defensas antiaéreas de Libia. Harían falta más aviones de los que caben en un portaviones", explicó el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates.
Igual de alto parece el costo político de una operación militar en Libia debido a la fuerte divergencia de opiniones entre los miembros del Bloque del Atlántico. La resistencia más fuerte a la opción militar la opusieron Francia y Turquía. El canciller francés Alain Juppé advirtió que una intervención otaniana alimentaría el rencor del mundo árabe contra sus vecinos de Europa, mientras que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que la OTAN "sólo puede intervenir cuando un país aliado es atacado militarmente".
Una opinión opuesta la expresó el primer ministro británico David Cameron, al declararse dispuesto a mandar tropas a Libia con la misión de eliminar depósitos de armas químicas (gas sarín y gas mostaza).
Entretanto, la Liga Árabe "está estudiando" una propuesta de mediación en el conflicto presentada por el presidente venezolano, Hugo Chávez, confirmó hoy a EFE el portavoz de esta organización, Hisham Yusef.
La propuesta del mandatario venezolano se resume en enviar una comisión de paz internacional que medie entre el régimen de Muammar al-Gaddafi y la oposición libia.