A la edad de 82 años, tras una enfermedad grave, ha fallecido hoy el diseñador jefe de los famosos aviones caza de la corporación Sukhoi, Mijaíl Símonov (ver la entrevista de RT a Mijaíl Símonov aquí).
Con el nombre de Símonov están vinculados algunos de los éxitos más considerables de la construcción de aviones militares de la URSS y posteriormente Rusia. La marca Sukhoi tiene una fama mundial de igual envergadura que el fusil automático Kaláshnikov, sus aviones de caza forman parte del poder de la aviación rusa, son unos de principales artículos de exportación rusa y reportan al erario público miles de millones de dólares. En gran medida estos logros de la compañía se deben precisamente a Mijaíl Símonov.
En 1977 levantó vuelo el prototipo del actual Su-27, el T-10. Las pruebas demostraron que salió peor que el F-15, el modelo de avión rival producido en EE. UU. En aquel entonces Mijaíl Símonov tuvo el coraje de reconocerlo y pidió personalmente al ministro de Industria Aeronáutica de la URSS, Iván Siláyev, permiso para rehacer la aeronave desde cero. El trabajo finalizó con un gran éxito, lo único que quedó del primer modelo fue la pata del tren de aterrizaje y el asiento eyectable. Al terminar la Guerra Fría, el Su-27 se convirtió en uno de los cazas más famosos producidos por la URSS y luego por Rusia.
Mijaíl Símonov llegó a ser diseñador jefe en 1983. Introdujo el concepto de "aviones de supermaniobras". Controló el proceso de dearrollo de todos los aviones de la familia de los Su-27, Su-30, Su-33, el avión de ataque Su-34, y las aeronaves deportivas acrobáticas Su-26, Su-26M, Su-29, Su-31 y Su-49.
Bajo la dirección de Símonov a principios de los 90 se creó un avión de caza a supersónico experimental, el legendario Su-47 Berkut ('águila dorada'), que con sus alas en forma de flecha invertida se convirtió en la base para desarrollar las tecnologías de caza de quinta generación. Bajo la dirección de Mijaíl Símonov se realizó el diseño y la construcción del famoso avión de pasajeros Superjet.
Por sus sobresalientes logros en el desarrollo del diseño de aviones en Rusia, Símonov pasó a la historia rusa como leyenda de la producción aeroespacial. Su talento también fue reconocido en el extranjero: su nombre consta en la Galería de Honor del Museo Nacional de la Aviación de Washington (EE. UU.).