El Salvador, uno de los polos de la esclavitud del siglo XXI
El Gobierno de El Salvador realiza considerables esfuerzos para luchar contra la trata de personas en su territorio, sin embargo, por el momento estos son insuficientes. Tales son las conclusiones de un informe del Departamento de Estado norteamericano dedicado al tráfico de seres humanos en ese país latinoamericano.
El mercado ilícito de trata de personas roza los 9.500 millones de dólares a nivel mundial cada año. El Salvador se ha convertido en uno de los principales países de tránsito, origen y destino de este tipo de comercio. La mayor parte de las víctimas son mujeres y niñas que se someten a la prostitución, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
El tráfico de personas se realiza tanto a nivel interno como externo. Los que son explotados dentro de su país son trasladados lejos del lugar de origen, a donde se les puede dominar y explotar con más facilidad. La trata externa consiste en el traslado de la víctima a otros países, por vías legales o ilegales, recurriendo al uso de documentos fraudulentos. Las víctimas extranjeras son, en su mayoría, mujeres y niños de países fronterizos que emigran a El Salvador en busca de un empleo, pero se ven engañados por los "tratantes", que se aprovechan de su situación emocional, social y económica y sacan beneficio de la explotación.
Más de la mitad de las víctimas son mujeres y niñas
Según datos de la ONU, en los últimos 25 años en todo el mundo más de 27 millones de personas han sido sometidas a explotación laboral, sexual o comercial. Entre los años 2006 y 2009, al menos 2,45 millones de seres humanos fueron explotados, laboral y económicamente, de acuerdo con los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Más de la mitad de las víctimas —el 56%— son niñas o mujeres de diferentes edades.
En el año 2004 la trata de personas fue reconocida como un delito en El Salvador. Desde ese momento, y hasta el año 2010, la Policía y la Fiscalía han detectado 335 casos de ese tipo de delito, de los cuales 85 fueron enviados a tribunales y hubo sólo 21 condenados por ese crimen. Desde 2004 la policía ha rescatado a 374 víctimas de las redes de prostitución; la mayoría de las víctimas eran mujeres de entre 12 y 18 años de edad.
La Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA), calculó que existen al menos 21.000 trabajadoras del sexo de entre 10 y 35 años en la frontera de México. De ellas, alrededor de 90% son de nacionalidad hondureña, guatemalteca y salvadoreña.
¿De cuatro a ocho años de prisión es insuficiente?
Para afrontar el problema en Salvador fue formado el Comité Nacional Contra la Trata de Personas, constituido por 19 diferentes organizaciones que se encargan de realizar diferentes campañas de prevención para niños y jóvenes. Sin embargo, aún no se sabe nada sobre esfuerzos especiales del Gobierno para reducir la demanda de trabajos forzados o actos sexuales con fines comerciales.
Según el Código Penal de El Salvador, cualquiera que sea hallado culpable del delito de trata de personas será sancionado con pena de cuatro a ocho años de prisión. El Departamento de Estado norteamericano en su reciente documento calificó este castigo como insuficiente y recomendó a las autoridades salvadoreñas endurecer las penas contra los tratantes y mejorar los mecanismos para detectar los casos de tráfico humano.
La portavoz del Centro de Estudios de la Mujer, Ima Guirola, dijo a RT que para combatir esta lacra cada país debería de tener una legislación mucho más drástica respecto a este asunto, incluso reconocer la explotación como un delito de lesa humanidad.
“Estamos hablando de que cada uno de los países tome consciencia de cuáles son aquellos factores que están induciendo a que haya una alta tolerancia de la violencia contra niñas, niños, adolescentes y mujeres. Estamos hablando de la necesidad de acuerdos multilaterales para evitar que sean tratadas como criminales las víctimas de trata transnacional”, señaló.