Este domingo Rusia se despide definitivamente del invierno. En vísperas de la Cuaresma, el mayor ayuno del año que empezará el lunes y durará siete semanas, el país festeja el último día del carnaval ruso, Máslenitsa, y el Domingo de Perdón. Desde hace siglos las tradiciones de ambas fiestas forman una mezcla sólida que hoy en día ya es inseparable.
La fiesta religiosa del Domingo de Perdón está destinada a expresar la esperanza de que Dios perdone a la Humanidad el pecado de Adán, que le llevó a ser expulsado del Paraíso. La tradición de la redención apareció en los monasterios ortodoxos egipcios. Los monjes solían pasar todos los días de Cuaresma en aislamiento en el desierto para 'enaltecer' la hazaña de rezar. No todos volvían: fallecían de sed, de hambre, de ataques de animales salvajes. Por eso, tenían una 'ceremonia' de despedida antes de irse al desierto en la que se pedían perdón unos a otros por las ofensas no premeditadas e intencionadas, como si fuera antes de morir. De ese modo, 'se limpiaban' también ante Dios.
En la actualidad durante el Domingo de Perdón los ortodoxos se piden perdón unos a otros diciéndose normalmente: "Perdóname si tengo culpa"; "¡Qué Dios te perdone, yo te perdono!". Deben ser perdonados para estar en el ayuno sin la carga de ofensas y pecados y concentrarse en la vida espiritual.
Pero antes de que por la tarde empiecen las misas en las iglesias de todo el país, tanto creyentes como ateos suelen aprovechar la alegría del último día del carnaval ruso, Máslenitsa, con todas sus fuerzas. La fiesta popular llena de música, bailes y juegos culmina con la ceremonia solemne de la quema del 'muñeco de Máslenitsa', un muñeco de paja que simboliza el invierno y todo lo malo del año anterior. Es una especie de representación de que se vence el frío y la muerte, y se libera el camino para la llegada de la primavera, el calor, la vida y la fertilidad. Para "derretir el hielo y acabar con el frío" la gente enciende, además, hogueras y quema las cosas viejas e innecesarias.
La ciudad rusa de Ekaterimburgo declaró que para contribuir al Año Dual de Rusia y España esta vez van a añadir en las ceremonias del despido de Máslenitsa que se celebrarán en todos sus parques principales elementos de las famosas Fallas valencianas que se celebran un poco más tarde, entre el 15 y el 19 de marzo.
Las dos fiestas se parecen entre sí, aunque tienen orígenes diferentes. Durante las Fallas se construyen figuras de papel, cartón y madera conocidas como 'ninots' vestidos con ropas de tela. El último día de las fiestas se queman.
Las Fallas también aparecieron como un tipo de 'saludo' a la primavera. Suele decirse que la tradición se debe a los carpinteros. Al llegar la primavera, los períodos de luz natural se hacían más largos y no se necesitaba más la iluminación artificial. En primavera, fecha coincidió después con la víspera del día de su patrón, San José-, los carpinteros solían quemar sus antorchas – así llamadas fallas – que usaban durante sus jornadas laborables de invierno. En una hoguera purificadora quemaban también virutas y trastos viejos para limpiar los talleres antes de entrar la primavera y dar paso a una nueva vida.
Con el tiempo apareció la costumbre de vestir las antorchas con ropas viejas e incorporar carteles alusivos a algún personaje conocido del barrio. A principios del siglo XVIII las fallas recibieron un carácter satírico explícito: tomaron la forma de monumentos burlones en los que tanto personas como situaciones de la vida real se exponían a la vergüenza pública y se quemaban simbólicamente.
Tanto los atributos –muñecas, fuego, música y burla–, como los platos principales de las dos fiestas –los bliný y los buñuelos– se parecen mucho.
Por el momento, los residentes de Ekaterimburgo no comentan todavía qué tipo de elementos puramente españoles han visto en las celebraciones: puede que copien la tradición de quemar muñecos que representan personajes políticos 'poco apreciados' por el público…