Los líderes de Yemen y Marruecos anuncian reformas constitucionales
El presidente de Yemen, Alí Abdalá Saleh, invitó a la oposición al diálogo para promover importantes cambios en la Сonstitución nacional. Propuso sentar en el nuevo texto, o en las enmiendas, las bases de una democracia parlamentaria y reafirmar la separación de poderes.
Ante miles de partidarios reunidos en un estadio capitalino el jefe del Estado yemení pronunció un discurso televisado, en el que expuso su idea de concertar un gobierno de unidad nacional que prepare una nueva ley electoral. Este documento, según Saleh, haría realidad el tránsito pacífico al sistema político parlamentario.
Con la nueva redacción, las facultades presidenciales serían reducidas (o suprimidas tales como el nombramiento de vicepresidente y “materialización de la voluntad del pueblo” prevista por la cláusula 109 del texto vigente de la Carta Magna). Mediante la propuesta, el presidente sería elegido no por voto directo, sino por una mayoría simple de los diputados, tal y como fija el sistema actual. También se sugiere que podrían dialogar sobre la duración del propio mandato, que en la actualidad es de siete años.
De acuerdo con el pensar de Saleh, toda una serie de cambios se podrían producir antes de fin de año. Antes de que las principales ciudades del país más pobre del mundo árabe fueran testigo de una ola de manifestaciones populares a comienzos de febrero, este mismo político había promovido otra reforma constitucional, pero en el sentido contrario: se adelantaba ya una enmienda que le permitiría buscar nueva reelección en 2013 para mantenerse en el poder sin límite fijo.
El embajador de Estados Unidos en Saná, Gerald Feierstein, ya instó a la oposición yemení a dialogar con el mandatario acerca de sus recientes proposiciones constitucionales. El diplomático advirtió en una entrevista del eventual desvío hacia la violencia como una secuela lógica del rechazo del diálogo. Feierstein accedió a considerar que la reforma de Saleh “sienta las bases para un diálogo que cuenta con el apoyo de EE. UU.” y aseveró que “la caída del régimen no resolvería los problemas y desafíos que actualmente afronta Yemen”.
Asimismo la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, celebró la iniciativa de Saleh. En el nombre de la UE hizo un llamado a las fuerzas opositoras yemeníes a que se adhieran al diálogo abierto y constructivo para que las proposiciones del jefe de Estado pasen al nivel de unos pasos concretos hacia la satisfacción de las demandas del pueblo lo más pronto posible.
El mismo día, el rey de Maruecos, Mohammed VI, en su alocución televisada a la nación, anunció otra reforma constitucional general “para fortalecer la democracia” en el país. Las enmiendas propuestas por el monarca “confirmarán la posición del primer ministro como jefe del poder ejecutivo completamente responsable de la actuación del gobierno”, lo que favorecerá al principio de la separación y balance de los poderes”.
Mohammed VI destacó que su proyecto tiene prevista la formación de “un gobierno elegido por el pueblo y proporcionado de la confianza de la cámara de representantes”. El rey otorgó la presidencia de la comisión convocada para revisar la Carta Magna marroquí a Abdelatif Menuni, quien aseguró durante una rueda de prensa en Rabat que se trata de una reforma “sin precedentes en la historia de Marruecos”. Además de un gobierno responsable, este estadista enfatizó como componentes del cambio el establecimiento de un poder judicial independiente y la regionalización del reino, que antes era unitario.