El terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter que sacudió la costa noreste de la isla más grande de Japón, Honshu, ha causado al menos 37 muertos y cientos de heridos. El Gobierno nipón ha señalado que se trata del mayor sismo ocurrido en Japón en su historia.
El terremoto se produjo a las 14:46, hora local, con epicentro en el Océano Pacífico, a unos 130 kilómetros de la costa de la prefectura de Miyagi. A las 15:15, un segundo terremoto, de 7,4 grados Richter, se registró al sur del primero, también con epicentro en el Pacífico, a unos 300 kilómetros de Tokio. El servicio de geología de EE. UU. reportó que en total se produjeron más de 30 temblores con intensidades comprendidas entre los 4,6 y los 7,1 grados.
El sismo provocó un tsunami que ha generado olas de hasta 10 metros que destruyeron docenas de vehículos y casas en la ciudad de Sendai, la capital de la prefectura de Miyagi. Además, el temblor bloqueó las líneas de telefonía móvil, que aún no se recuperaron plenamente. En la central nuclear de Onagava se ha producido un incendio y los militares están participando en las tareas de extinción.
En varias regiones del país se ha detenido la circulación de los trenes de alta velocidad, mientras que en Tokio se ha interrumpido el funcionamiento del transporte público. Unos cuatro millones de habitantes de la capital se han visto afectados por el corte del suministro eléctrico y las zonas del puerto han quedado inundadas. Cinco centrales eléctricas en los alrededores de la capital han suspendido su actividad y el principal aeropuerto de Tokio permanece cerrado.
En Chile y la costa occidental de EE. UU. se ha emitido una alerta de tsunami. Olas de uno a dos metros de altura alcanzaron las costas de las islas Kuriles sin causar víctimas ni daños materiales. Los servicios especiales rusos permanecen en estado de alerta y el Ministerio de Emergencias de Rusia ya ha evacuado a unas 11.000 personas de la zona. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha declarado que Rusia está preparada para ayudar a Japón en la recuperación del devastador terremoto. Medvédev también expresó sus condolencias al primer ministro japonés, Naoto Kan.
Por su parte, el primer ministro nipón declaró que el Gobierno hará todo lo posible para minimizar las consecuencias del desastre natural y llamó a la población a guardar la calma. Actualmente el Gobierno está manteniendo una sesión extraordinaria dedicada a las cuestiones de la seguridad en las instalaciones nucleares del país.
Este ha sido un terremoto de mayor intensidad que el de 1923 en Tokio, de 7,9 grados, que causó la muerte de más de 140.000 personas, si bien entonces las infraestructuras del país no estaban tan preparadas como ahora para afrontar los temblores. En 1952 un terremoto de 8,2 grados causó un tsunami que arrasó las islas Kuriles, destruyendo la ciudad de Sévero-Kurilsk y causando la muerte de más de 2.300 personas.