Todos los operativos de la OTAN y Estados Unidos en suelo afgano deben ser suspendidos sin demora, denunció el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, durante una reunión con los familiares de las víctimas de los bombardeos de la aviación aliada en la provincia Kunar. "Si son amigos —indicó el político— que se centren en acabar con los refugios insurgentes en las áreas tribales de Pakistán".
“Si se trata de una guerra contra los terroristas —afirmó el mandatario—, entonces hay que destruir los escondites de los insurgentes más allá de la frontera. No hay terroristas en nuestras poblaciones”.
Según evidencian los medios de comunicación locales y las imágenes sacadas en el lugar, Karzai lloró cogiendo en brazos a una niña de menos de dos años, a la que los médicos tuvieron que amputar el pie derecho después de que un proyectil de alta precisión, disparado por un helicóptero estadounidense, impactara en su casa natal, mientras toda la aldea dormía, en el distrito Asadabad de la provincia Kunar. Este incidente no fue el único: según los datos difundidos por el gobierno afgano, desde el 15 de febrero hasta el 1 de marzo de este año, 40 niños fallecieron por culpa de los militares norteamericanos en la misma provincia, dejando un saldo total de 74 vecinos muertos.
Mientras el mandatario trataba de explicar a la población reunida porqué mueren tantos menores en los operativos antiterroristas, dio a conocer que su familia también había sido víctima de un “error” de las tropas aliadas. La noche del pasado viernes un pelotón de infantería, en el marco de un operativo especial, asaltó la casa de un primo del presidente, Ahmad Vali Karzai, y lo mató en el acto. Eso sucedió en la sureña provincia Kandahar.
“Tenemos el derecho a protestar por las muertes de civiles, —afirmó el presidente—. Ninguna otra nación del mundo ha sufrido tanto como los afganos. Esta guerra ha sido impuesta sobre nosotros y queremos ponerle fin. No debería haber bombardeos ni arrestos innecesarios”, aseveró.
El comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en el territorio afgano, general de Ejército David Petraeus, ofreció sus disculpas con motivo de otro episodio trágico: el 1 de marzo nueve menores que recogían leña fallecieron víctimas de un bombardeo de la aviación internacional en el valle Nanglam de Kunar. Pero el mando castrense calló en su mensaje sobre los anteriores casos de asesinato múltiple de niños, que igualmente han sido denunciados por las autoridades tanto locales, como nacionales. La prensa de Kabul aludió a este respecto que Petraeus deliberadamente había pedido perdón por las nueve vidas infantiles, para distraer la atención pública de un mayor número de víctimas de “errores” fatales.
De acuerdo con una reciente publicación de la ONU, el año 2010 fue el más sangriento para la población civil de Afganistán desde la invasión de las tropas internacionales. Aunque la mayoría de las víctimas, se debió a la acción de los rebeldes talibanes, entre los 2.777 civiles fallecidos en actos de violencia armada y lesa humanidad, a la aviación aliada se le atribuyen al menos 171 de esas muertes.
Anteriormente, el mando militar de la Alianza, había estimado que la cesión del control sobre el territorio del país a las fuerzas de seguridad nacionales se iniciaría a finales de este mes, después de que el 21 de marzo el presidente afgano anunciara el plan de tránsito, y que esa fecha marcaría solo la primera fase de la retirada gradual. Hasta el momento Bruselas no ha ofrecido ningún comentario acerca del último llamamiento de Karzai, que podría acelerar de manera sustancial la salida de las tropas aliadas.