Este jueves el gobierno de Bahréin ha arrestado a seis líderes de la oposición, sin prestar atención a la presión internacional sobre el país para que finalice la utilización de medios militares en el conflicto con la oposición.
Cinco activistas chiítas y un sunita han sido arrestados durante la noche tras un día de violencia, que dejó cinco muertos en el reino gobernado por los sunitas, comentó un representante de la oposición parlamentaria chiíta.
Los soldados patrullan la capital del país, mientras el toque de queda impuesto por el gobierno en Manama el miércoles, ha sido reducido hoy a cuatro horas.
El Gobierno de Reino Unido anunció su intención de mandar varios aviones de rescate para que sus ciudadanos abandonen Bahréin. La decisión se produce ante la preocupante escalada bélica de la región: para apoyar el régimen oficial y frenar las manifestaciones callejeras Arabia Saudí envió un contingente militar formado por un mil de soldados, y Emiratos Árabes Unidos mandó 500 policías.
En relación a los últimos acontecimientos, el representante del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Alexánder Lukashévich, ha declarado en su reciente conferencia de prensa: “Reafirmamos nuestro llamamiento a las partes del conflicto – el gobierno legítimo de Bahréin y los opositores – mostrar contención y el entendimiento de que los problemas pendientes los hay que resolver mediante un diálogo nacional constructivo. La mejor salida es sentarse a la mesa de negociaciones y encontrar una solución que satisface los intereses de ambas partes. Y la intervención con el uso de la fuerza es una vía para la nada”.