El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, inicia hoy un viaje al Medio Oriente, según informó la cancillería rusa.
Los problemas centrales de las negociaciones del canciller ruso en Egipto y Argelia serán la aguda crisis que afecta al Oriente Medio y la operación militar contra Libia emprendida por un grupo de países.
A inicio de la jornada Lavrov viajará a Egipto porque ese país “es un socio estratégico de Rusia”, según declaró. “Las relaciones con Egipto nos importan mucho. Lo propio podría decirse sobre Argelia”, explicó el canciller ruso en vísperas de su viaje diplomático a la región.
“Los contactos con Egipto y Argelia adquieren una especial actualidad en este nuevo contexto”, agregó Lavrov, y subrayó que las visitas a ambos países fueron programadas con anterioridad.
Además de su homólogo egipcio, Ahmed Aboul Gheit, y el ministro de defensa de Egipto, Mohamed Hussein Tantaui, el jefe de la diplomacia rusa planea reunirse en El Cairo con el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa.
Se prevé una reunión con Musa en donde serán examinados asuntos clave de la política regional e internacional del momento y, además, las direcciones principales de desarrollo de las relaciones bilaterales con este influyente organismo del mundo árabe, informó el jefe del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexánder Lukashévich.
Tras el arranque de la operación Odisea del Amanecer contra Libia, la cancillería rusa ayer declaró que Moscú lamentó los informes de una acción armada contra Libia.
Rusia deplora el inicio de “la acción militar emprendida en Libia por varios Estados al amparo de la resolución precipitada 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU””, subrayó anoche Lukashévich.
Moscú exhortó a todas las partes libias y a los participantes en la operación bélica a hacer todo lo posible para impedir sufrimientos a la población civil y lograr lo antes posible el cese del fuego y la violencia, declaró el diplomático.
“Seguimos convencidos de que para solucionar el conflicto libio a fondo, y en interés de un futuro democrático de ese país, es preciso detener inmediatamente el derramamiento de sangre e iniciar un diálogo entre los propios libios”, recalcó Lukashévich.