Creció a más de 9.000 el número oficial de víctimas en Japón

Este martes, el número oficial de víctimas del terremoto y tsunami en Japón aumentó hasta las 9.079 personas, 12.645 más se encuentran desaparecidas. Al mismo tiempo, según los datos de la policía japonesa, solo 4.080 de los fallecidos fueron identificados, y solo 2.990 entregados a sus familias.

Este martes, el número oficial de víctimas del terremoto y tsunami en Japón aumentó hasta las 9.079 personas, 12.645 más se encuentran desaparecidas. Al mismo tiempo, según los datos de la policía japonesa, solo 4.080 de los fallecidos fueron identificados, y solo 2.990 entregados a sus familias.

Unas 320.000 personas tuvieron que abandonar sus casas; la mayoría de ellas por el momento se encuentran en refugios temporales en las 16 distintas provincias de Japón. Aproximadamente 200.000 de los refugiados fueron evacuados del área cercana a la planta nuclear Fukushima Daiichi.

Allí se continúan los trabajos con el fin de bajar la temperatura del combustible nuclear y evitar consecuencias más graves de las ya producidas por la avería. Según anuncian los encargados de los trabajos, la situación parece estabilizarse poco a poco.

Las obras en la estación, interrumpidas con cierta regularidad por distintas causas de emergencia, como las salidas inesperadas de humo de los reactores, son acompañados por los apagones de electricidad, sufridos por la población.

La compañía Tokyo Electric Power, el mayor proveedor de electricidad en la región afectada, comunicó que no posee la suficiente energía para responder a la demanda, llamó a la gente a limitar el uso de electricidad y anunció los apagones en distintas zonas de la región, incluso en el área metropolitana de la capital.

Mientras tanto las localidades afectadas por el desastre ya no tienen capacidad de organizar los funerales en el número requerido. Los japoneses tradicionalmente prefieren incinerar a sus fallecidos, pero ahora, teniendo en cuenta la escala de la catástrofe, se organizan fosas comunes para poder enterrar a todos los muertos.

Desde el terremoto inicial de más de 9 grados en la escala de Richter en Japón han ocurrido unas 600 réplicas menos potentes, que no llevaron consigo un daño importante, pero que no permiten a la población mantenerse tranquila.