Los salvadoreños en EE. UU. esperan medidas decisivas del Gobierno norteamericano en el polémico ámbito de la inmigración, ya que los trámites burocráticos les crean problemas de empleo aunque su situación en el país sea legal.
Tras los terremotos en El Salvador en 2001, unos 200.000 de sus ciudadanos fueron acogidos en Estados Unidos y amparados bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
El permiso provisional de residencia que tienen se renueva automáticamente. Sin embargo, muchos inmigrantes salvadoreños pierden sus empleos. “La situación es incómoda a pesar de la extensión automática porque generalmente lo que el empleador quiere ver es la tarjeta de permiso de trabajo permanente”, dice el abogado Jorge Rivera.
Pero el proceso de entrega de los documentos permanentes se retrasa por el gran número de solicitudes que el Servicio de Inmigración y Ciudadanía recibe.
Por eso los expertos recomiendan a los inmigrantes salvadoreños que “busquen el asesoramiento de un abogado” para poder demostrar ante el empleador que su permiso se ha extendido.
El problema radica en las ineficientes leyes de migración, según los especialistas. El TPS es “importantísimo” porque sin él muchas personas estarían sujetas a la deportación, explica Jorge Riviera.
En contraste con esta situación, durante su visita a El Salvador, el presidente estadounidense Barack Obama “reconoció la importancia de los inmigrantes de ese país para ambas naciones”, señala el abogado que representa a inmigrantes salvadoreños Nelson Castillo. El mandatario norteamericano reiteró que está a favor de una reforma migratoria integral para que los millones de inmigrantes que viven en el país “se pongan al día con las leyes”. Pero esta iniciativa no acaba de desarrollarse por la oposición del Partido Republicano.
Actualmente más de 2,5 millones de salvadoreños residen en EE. UU. Aparte de los refugiados bajo el TPS, muchos de ellos abandonaron su país en los años 70 y 80 del siglo pasado, a consecuencia de la Guerra Civil.