La segunda vuelta de las elecciones cantonales en Francia culminó este domingo con una rotunda victoria de las formaciones de izquierda. Pese a que las cantonales no poseen gran importancia dentro del panorama político nacional, los recientes resultados han demostrado el dominio de las organizaciones de izquierda en el interior del país, algo que a poco más de un año de los comicios presidenciales genera preocupación dentro del oficialismo.
La principal fuerza de oposición, Partido Socialista (PS), obtuvo el 35,05% de los votos; los conservadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), del presidente Nicolas Sarkozy, el 18,89%; mientras que el Frente Nacional (FN) logró un 10,01% de respaldo. Pese a que el partido de la extrema derecha no ganó cantón alguno, la líder de la coalición, Marine Le Pen, declaró que el FN registró una progresión importante en la segunda vuelta al pasar de 622.292 votos a 915.279. Afirmó que esta subida es una clara demostración de que el FN estará presente entre los primeros en los comicios que se aproximan: los presidenciales y legislativos.
Los resultados revelados por Marine le Pen coinciden con los de distintos sondeos dados a conocer en los últimos meses. Una encuesta realizada por Ipsos afirma que Le Pen alcanzaría la segunda ronda de las presidenciales junto con el socialista Dominique Strauss-Kahn, dejando fuera en la primera vuelta al actual presidente Nicolas Sarkozy. A principios de marzo, un sondeo publicado por el diario Le Parisien, indicó que la hija del fundador y expresidente del FN, Jean-Marie Le Pen, se impone por delante de Sarkozy en las preferencias de los franceses para el cargo presidencial de la república.
La propia Marine Le Pen, tras conocer los resultados, anunció por la televisión nacional que la noche ha demostrado “el fracaso de los partidos tradicionales”. “Durante años nos han caricaturizado, pero esa caricatura está cayendo. Tenemos que confirmarlo con un proyecto presidencial”, afirmó la líder ultraderechista.
"Mucho ruido por nada"
Sin embargo, para el oficialismo estos resultados no son alarmantes. El secretario general de la UMP, Jean-François Copé, relacionó la derrota del partido con la baja participación ciudadana que en estos comicios no llegó al 37%. Durante una rueda de prensa sostuvo que “se está haciendo mucho ruido por nada” y dijo que los socialistas “tampoco tienen motivos para alegrarse” porque “su victoria ha sido menos importante de lo que venían anunciando”.
Por su parte, el portavoz del Gobierno, François Baroin, reiteró el lunes que Sarkozy es “indiscutiblemente el mejor candidato”, “el único que puede llevarnos a la segunda vuelta y aspirar a obtener la mayoría de los sufragios”.