Empujado por la presión ciudadana, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, aceptó el martes la dimisión del Gobierno, dirigido desde 2003 por el primer ministro, Muhammad Naji al-Otari.
En las últimas jornadas Siria ha vivido unas intensas protestas. Solamente hoy cientos de miles de sirios han participado en diferentes manifestaciones populares contra el Gobierno, mientras que miles de personas se han concentrado esta mañana en el centro de Damasco para apoyar al presidente Assad. "Por nuestra sangre, por nuestra alma, nos sacrificaremos por ti, Bashar", han proclamado los manifestantes.
La marcha nacional que ha tenido lugar hoy es la más grande desde que se iniciaron los disturbios hace 10 días en la ciudad de Daraa, situada en la frontera con Jordania.
Anteriormente, debido a la oleada de protestas en el país, Bashar al-Assad aseguró que el Gobierno emprenderá algunas reformas para mejorar la calidad de vida de los sirios y combatir la corrupción. Asimismo, anunció que las autoridades estudiarán la posibilidad de derogar el estado de emergencia vigente en Siria desde 1963 que prohíbe las manifestaciones públicas.