El 29 de marzo Bélgica igualó el anterior récord mundial de la "crisis política más larga" tras pasar 289 días sin un Gobierno legítimo.
Hasta ahora la misma situación se había visto solo en Irak, país donde en 2010 los ciudadanos tardaron 249 días para concluir un acuerdo sobre el reparto del poder entre chiíes, suníes y kurdos, y el Gobierno tardó 40 días para prestar juramento.
Los belgas, por su parte, eligieron diputados el 13 de junio de 2010, pero resultó que ninguna formación consiguió una mayoría suficiente para gobernar en solitario. El 17 de febrero, el récord de los 249 días fue celebrado con una "revolución de las patatas fritas" en la que se reunieron más de 5.000 personas para probar el plato nacional. "Queremos demostrar que nuestra política, ni diez años atrás ni ahora, no entiende lo que la gente quiere. La gente no quiere la división del país. Tenemos un país, un rey, una sola bandera", dijo una de las participantes de la acción.
La degustación masiva no provocó ninguna reacción de parte de los partidos políticos. Después de nueve meses de depresión, los partidos flamencos exigen la autonomía regional que los adversarios francófonos rechazan, y eso aumenta el temor a que la crisis pueda desembocar en la división del país.
“Todos queremos tener Gobierno. Es muy importante no solo para nosotros, estudiantes, sino para todos. Sin Estado no podemos hacer nada”, señaló una estudiante belga.
Para igualar el récord mundial de 289 días sin Gobierno, la asociación "Separatismo, no en nuestro nombre" prepara el cambio del nombre de las principales plazas de las ciudades universitarias como Lieja, Namur, Gante, Amberes y Bruselas al apodo "Lugar de patatas fritas" . Asimismo, está prevista la organización de diversos conciertos y una nueva distribución gratuita de papas fritas.
La patata frita, uno de los pocos símbolos nacionales belgas, sirve ahora de estandarte de la unión de los que se oponen a la división del país.