Aumenta el número de víctimas del ataque a sede de la ONU en Afganistán
El número de víctimas del ataque a la sede de la misión diplomática de la ONU en la ciudad de Mazār-e Šarīf, en el norte de Afganistán, podría llegar a las 20 personas según anunció un representante de la misión de la ONU en el país islámico. Según un portavoz de la policía en la región norte del país, Lal Mohamad Ahmadzai, entre los muertos hay empleados de la sede de la ONU, ciudadanos de Noruega, Suecia, Rumania y Afganistán.
Mientras tanto y según datos no confirmados, la policía afgana detuvo al supuesto organizador del ataque. Por el momento se desconocen los detalles sobre el arresto.
Previamente distintas fuentes informaron de que el asalto se había cobrado la vida de doce personas y los cuerpos de dos víctimas habían sido decapitados. Hasta el momento, Naciones Unidas ha confirmado que siete empleados internacionales murieron. Aún no se da a conocer el número total de víctimas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia detalló que durante la ofensiva resultó herido un ciudadano ruso empleado del organismo. Su estado ha sido calificado como estable.
Según Ahmadzai, de momento la policía afgana se ha hecho con el control de la zona y ha iniciado una investigación del caso tras detener a algunos manifestantes.
El ataque fue ejecutado por un grupo de manifestantes que protestaba contra la quema de un Corán en Estados Unidos. La muchedumbre enfurecida irrumpió en la sede local de la ONU, algunos manifestantes apedrearon el edificio y abrieron fuego contra la guardia.
Hace más de una semana el pastor protestante Wayne Sapp quemó un Corán en su iglesia en Florida en presencia del polémico pastor Terry Jones. Este acto generó una fuerte protesta de parte de creyentes. En algunas ciudades afganas el viernes pasado tuvieron lugar varias manifestaciones de protesta, jornada que fue bautizada por los participantes como "Día de la Ira".
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó “en términos más enérgicos” el ataque. El organismo deploró la incitación a la violencia y solicitó al Gobierno afgano que llevara a los responsables a la justicia y que hiciera todo lo posible para proteger al personal de la ONU. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, calificó de vil y cobarde a la agresión a los trabajadores de la ONU.
La ofensiva fue condenada también por varios Gobiernos del mundo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió sus condolencias a las víctimas del ataque. Por su parte, la cancillería rusa calificó al asalto como “absolutamente inadmisible”. “Condenamos este delito. Llamamos a las fuerzas de orden afganas y a las fuerzas internacionales de seguridad a que tomaran todas las medidas necesarias para impedir la violencia con la ONU y sus empleados que se encuentran en Afganistán, para prestar asistencia a ese país y a su pueblo”, manifestó el ministerio ruso en un comunicado.