Los rebeldes libios pierden terreno pese al respaldo de la OTAN

El entusiasmo que se respira en las calles de Bengasi a favor de las tropas rebeldes está lejos de la realidad que se vive en la primera línea de batalla.

El entusiasmo que se respira en las calles de Bengasi a favor de las tropas rebeldes está lejos de la realidad que se vive en la primera línea de batalla.

En los últimos días, las Fuerzas Armadas de Gaddafi han mostrado su músculo militar ante cientos de guerrilleros contrarios al Gobierno libio. Las fuerzas rebeldes han tenido que retroceder por tercera ocasión desde que comenzase el levantamiento popular a mediados de febrero. Sin embargo, esta vez tiene mucho significado. Es la primera vez que los revolucionarios pierden terreno con el respaldo de las fuerzas de la OTAN.

Gaddafi ha vuelto a recuperar ciudades estratégicas como Ras Lanuf o Brega, donde se encuentran los pozos petrolíferos y el gas libio, y ahora vuelve a situarse a poco más de 200 kilómetros del bastión de los rebeldes, Bengasi. Precisamente, allí muchos piensan que es necesario más apoyo de la Alianza Atlántica.

"Hay una gran desigualdad entre las fuerzas de Gaddafi y nosotros. Por eso necesitamos más apoyo de la OTAN para tener éxito, aunque en primer lugar dependemos de nosotros mismos", dice el empresario Ezeldin al-Tarhuni.

Sin embargo, el debate dentro de la comunidad internacional está encima de la mesa. ¿Hasta dónde debe llegar el apoyo de la OTAN para proteger a la sociedad civil libia? Es más, ¿debe la alianza atlántica suministrar armamento a las tropas rebeldes?

Entre banderas de Estados Unidos, Francia e Italia, los detractores de Gaddafi se centran en su objetivo sin importarles los medios para conseguirlo. "La solución está entre dos opciones: o bien te deshaces de Gaddafi de cualquier manera o nos das armamento y así podemos sacarlo del poder", comenta el profesor Farag al-Migrahi.

Pero muchos países ya se han mostrado contrarios a que se sume más armamento a este conflicto. Además, hace tan solo unos días la OTAN ordenó un embargo de armas para el país libio.

La situación que se vive en Libia tras 45 días es muy compleja e impredecible. Como señalan algunas personas en el país, se sabe cómo comenzó, pero no cómo va a terminar.

Mientras tanto, cada día que pasa, la economía libia sufre el castigo de estar paralizada, y al final, la factura la paga la población que sigue buscando una salida a este conflicto.