Desde septiembre de 2006 en Moscú existe una guardia llamada Peresvet destinada a operar en caso de atentado, toma de rehenes o secuestro de cierto tipo de materiales y documentación clasificada. Según la cifra oficial, solo un 2% de los jóvenes reclutados anualmente tienen capacidades potenciales para formar parte de este cuerpo, pero la mayoría de ellos fracasa finalmente y se ve obligada a pasar a servir en otras tropas.
Después de concluir medio año de estudios especializados que abordan tanto técnicas de artes marciales, como materias psicológicas, los candidatos a la guardia antiterrorista se enfrentan con varios simulacros de atentados y secuestros que para ellos son un examen de clasificación.
Para los graduados del año lectivo 2010/2011, la primera parte de la prueba ha consistido en liberar a tres rehenes que un grupo de terroristas mantiene en un edificio. Conforme a las condiciones del examen, para analizar la situación cuentan con unos minutos y para realizar el propio asalto, aún menos. Unos cuantos disparos y todo se ha acabado en unos segundos. El vehículo blindado abandona el lugar. Las dos pruebas siguientes son un apartamento con terroristas y un autobús secuestrado.
Según la estadística oficial, ocho de cada diez personas no pasan el primer examen y son destinados a otras divisiones. Los profesores comentan que la idea principal de todos los entrenamientos y pruebas es que los estudiantes se conviertan en una unidad capaz de pensar y actuar como partes de un solo organismo y que sean capaces de luchar contra su propio cuerpo en situaciones extremas y alcanzar el denominado 'segundo aliento', cuando ya no quedan fuerzas para moverse.
Todos los que aprueben las tres partes del primer examen, continuarán su formación y dentro de otros seis meses se enfrentarán con una nueva serie de exámenes. En caso de pasarlos, podrán firmar un contrato fijo y formar parte oficialmente de Peresvet.