Un policía católico de 25 años murió el sábado en Irlanda del Norte cuando una bomba explotó al momento de entrar en su coche. Este es el primer atentado letal contra fuerzas de seguridad, en más de dos años, en esa parte del Reino Unido.
Ninguna organización se ha adjudicado este atentado ocurrido en la ciudad de Omagh, sin embargo, tanto la Policía como varios políticos lo imputan a grupos paramilitares del Ejército Republicano Irlandés (IRA), quienes reiteradamente han plantado bombas en automóviles privados de policías.
En declaraciones previas, los disidentes del IRA prometían atentar contra cualquier católico irlandés que se enrolara en la Policía de Irlanda del Norte, país constitutivo del Reino Unido y que durante varias décadas ha sufrido atentados por parte de separatistas.
Aumentar el respaldo de la comunidad católica dominada por representantes de la comunidad protestante es un objetivo crucial para la Policía en el proceso de paz en Irlanda del Norte.
La policía norirlandesa experimentó serias transformaciones en los últimos años. Gracias a una política que favorecía a los reclutas católicos, su porcentaje en el cuerpo aumentó de 8% al 30% desde 2001. Sin embargo, los uniformados católicos que viven en barrios católicos quedan particularmente vulnerables a los ataques de paramilitares separatistas.
El IRA mató a unas 1.800 personas en numerosos ataques durante su campaña de presión por la independencia de Irlanda del Norte entre 1970–1997. La mayoría de los integrantes del ejército renunciaron a la violencia y depusieron las armas en 2005.