Según afirman las autoridades rusas, se han impuesto restricciones en las importaciones de pescado y de otros productos marinos procedentes de 242 plantas niponas, debido al empeoramiento de la situación en Fukushima-1.
Los expertos consideran que este hecho no afectará a los consumidores, los únicos que van a notar las restricciones son los aficionados a las exquisiteces marinas. Además, la base de las importaciones procedentes de Japón son los mariscos exóticos, destinados a los restaurantes de elite. En general, su oferta era escasa. En 2010 los importadores japoneses enviaron a Rusia 57.000 toneladas de pescado, que es solo el 10% de las importaciones totales del país.
La pesca está paralizada en toda la zona afectada, debido a que se detectó en el mar una concentración peligrosa de yodo y cesio radioactivos. Los niveles elevados de radiactividad en las aguas provocaron una gran preocupación sobre la contaminación de los productos pesqueros de la zona. Japón ha reforzado el control tras detectar un alto nivel de radiación en los peces de una provincia cercana a Fukushima.
Mientras tanto, India también prohibió completamente la importación de pescado y marisco procedentes de las prefecturas cercanas a la central nuclear de Fukushima-1, gravemente dañada por el terremoto y el devastador tsunami del 11 de marzo.