Japón construirá un muro de acero para contener la contaminación atómica del mar
La compañía propietaria de la central de Fukushima, TEPCO, ha anunciado la instalación de un cinturón de metal alrededor de la planta para evitar nuevas fugas contaminantes al mar. La empresa asegura que una valla con forma de cortina compuesta por siete hojas de acero y 120 metros de ancho ayudará a prevenir futuras filtraciones de agua tóxica.
Según la empresa, el último vertido ocurrió el miércoles y el nivel de contaminación estaba 63.000 veces por encima de lo normal.
Mientras que Japón trata de superar la crisis humanitaria y nuclear, la naturaleza no deja de dar peligrosas sorpresas. Menos de un mes después de que el país sufriera uno de los más potentes terremotos del último siglo, se registró un nuevo temblor de gran intensidad el jueves. El sismo, de magnitud 7,1 en la escala de Richter y con epicentro al noreste de Japón, causó la muerte de al menos tres personas y dejó sin electricidad a más de tres millones de japoneses. Además la réplica volvió a poner de manifiesto los riesgos potenciales de las centrales atómicas del país.
Las tres centrales sufrieron breves cortes de suministro eléctrico exterior en los sistemas de refrigeración de los reactores, pero esto no tuvo ningún efecto en el funcionamiento de los mismos.
El Gobierno pretende reducir el consumo eléctrico en la zona de Tokio y el noreste del país para evitar los apagones que afrontan las centrales nucleares.
El saldo de víctimas mortales tras el devastador terremoto y el posterior tsunami del 11 de marzo ya alcanza las 12.876 personas, mientras que otras 15.000 se consideran desaparecidas.
Actualmente unos 153.000 japoneses que perdieron sus hogares viven en 2.300 refugios, pero hoy los primeros afortunados han comenzado a recibir las llaves de sus nuevas vivendas prefabricadas. Más de 35 residencias temporales ya están listas para recibir a sus nuevos habitantes.
En total el Gobierno tiene previsto construir unas 70.000 viviendas de este tipo. Mientras las autoridades tratan de establecer las condiciones adecuadas para todos aquellos que han perdido sus residencias algunos de ellos se alojarán en el hotel Grand Prince Akasaka en el centro de la capital. La administración japonesa pagará la comida y otros gastos de los huéspedes del hotel.