Los familiares de los fallecidos en el accidente del avión presidencial polaco en la región de Smolensk (oeste de Rusia) llegaron al lugar de la catástrofe un año después de la misma para homenajear a las víctimas de la tragedia.
Más de 100 polacos llegaron a Moscú en dos aviones en la madrugada del sábado y desde allí se dirigieron hacia la ciudad de Smolensk en automóviles, acompañados por psicólogos y médicos. La delegación estaba encabezada por la esposa del presidente polaco, Anna Komorowska. La ceremonia de conmemoración incluye la lectura de los nombres de las víctimas del accidente, un acto religioso, la colocación de coronas de flores bajo un monumento conmemorativo y algunos discursos. Otros actos tendrán lugar en Varsovia el 10 de abril, la fecha en que se estrelló el avión presidencial hace un año.
La delegación polaca visitó también el cementerio militar de Katyn, que se encuentra en el lugar donde en 1940 más de 20.000 oficiales polacos fueron ejecutados por los servicios de seguridad soviéticos. Allí también se realizaron oraciones y se celebraron otras ceremonias conmemorativas.
A este mismo lugar se dirigía el presidente polaco Lech Kaczynski para rendir homenaje a las víctimas de esta tragedia, cuando su avión se estrelló. El accidente aéreo se cobró la vida de las 96 personas que viajaban en el aparato, incluyendo las del presidente Kaczynski y su esposa, así como las de varios altos cargos polacos.
La catástrofe del avión presidencial sigue provocando cierta tensión en las relaciones entre Rusia y Polonia. Recientemente la Fiscalía General de Rusia entregó a Polonia un nuevo lote de materiales sobre la investigación del accidente. Pero, aunque Polonia aceptó parte de la responsabilidad en la catástrofe, todavía considera insuficientes los resultados de la investigación, llevada a cabo por el Comité de Aviación Interestatal.
Rusia y Polonia llegaron a diferentes conclusiones sobre lo sucedido. Mientras que los informes rusos señalaban a la tripulación como la responsable del accidente, Polonia apuntaba también hacia la mala gestión de los controladores aéreos del aeropuerto de Smolensk. El 1 de abril la Fiscalía polaca prorrogó su investigación durante seis meses y la parte rusa todavía tiene pendiente el análisis de las piezas de la aeronave siniestrada.
Mientras tanto, algunos medios polacos señalan que el tema de la catástrofe en Smolensk se ha ido politizando cada vez más en el país. Así, según informa la edición polaca de Newsweek, el 80% de la población se muestra actualmente cansada del tema de la catástrofe y casi un 90% opina que el accidente se convirtió en un instrumento de la lucha política.