El canciller británico, William Hague, anunció que su país planea enviar un equipo militar a Bengasi para asesorar a las fuerzas rebeldes en las áreas de comunicación y de logística, lo que entraría, según él, en el marco del mandato de Naciones Unidas para proteger a la población civil.
“Nuestros oficiales no participarán en el entrenamiento o en armar a las fuerzas opositoras. Tampoco participarán en la planificación o ejecución de las operaciones militares del Consejo Nacional Libio”, aseguró Hague, señalando que la prioridad de la misión será la protección de los civiles.
La resolución 1973, adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 17 de marzo, prevé tomar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de ataques, pero con un sólo límite impuesto por Washington y París: no enviar tropas terrestres a Libia.
La decisión del Reino Unido fue criticada por Francia, uno de sus principales aliados en la actual misión militar en Libia. El canciller francés, Alain Juppé, se mostró “totalmente en contra” del envío de tropas sobre el terreno. Al mismo tiempo, el primer ministro francés, François Fillón, aseguró que su país intensificará los bombardeos para contrarrestar los ataques de las fuerzas de Gaddafi y proteger a la población civil.
Estados Unidos, por su parte, también confirmó que no planea mandar a sus contingentes militares de tierra a Libia. Según señaló el portavoz en funciones del Departamento de Estado, Mark Toner, “el presidente Obama desde el inicio de la operación confirmó que no habrá militares estadounidenses en territorio libio”.
La situación en el frente, sin grandes avances
En el frente libio la situación apenas evoluciona. Mientras la ciudad de Misurata, en el oeste del país, permanece asediada por las tropas de Gaddafi, continúan los enfrentamientos en la ciudad de Ajdabiya, donde ninguna parte logró por el momento importantes avances. Según informó el líder del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdeljalil, desde el inicio del conflicto ya han fallecido más de un millar de personas.
Las organizaciones no gubernamentales instan a la comunidad internacional a que preste más atención a la protección de los civiles en Libia. Según los datos de la ONG Médicos Sin Fronteras, el 80% de los fallecidos en Misurata son civiles. Amnistía Internacional lamenta que “la gente de Misurata se encuentre atrapada bajo el fuego en una situación que rápidamente está derivando en una crisis humanitaria”.