Francia está estudiando la posibilidad de suspender temporalmente la vigencia del Acuerdo Schengen debido al flujo de inmigrantes de Túnez y Libia, según informan los medios franceses citando a una fuente de la administración del presidente galo.
Tras la revolución en Túnez Europa tuvo que afrontar el problema de la afluencia de los refugiados de este país norteafricano. Así alrededor de 22.000 tunecinos ya han llegado al territorio de Italia. La mayoría de ellos planea seguir su camino hasta Francia, donde hay una numerosa comunidad originaria de este país.
El domingo pasado las autoridades galas detuvieron en la frontera un tren con inmigrantes tunecinos que iban de la ciudad italiana de Ventimiglia a Francia. El Gobierno italiano había concedido permisos temporales de residencia a los refugiados de Túnez que declararon su deseo de trasladarse a otros países de la Unión Europea. Más tarde el tren pudo seguir su ruta.
El Código de Fronteras Schengen estipula la posibilidad de que la policía realice chequeos irregulares fronterizos. Asimismo las autoridades nacionales pueden introducir el control arancelario en las fronteras de los países miembros del acuerdo por un periodo que no supere los 30 días, en caso de que haya una amenaza a la seguridad nacional.
Otro importante 'dolor de cabeza' para los estados europeos son los refugiados de Libia, donde se está desarrollando una guerra civil y se lleva a cabo una operación aérea militar de la OTAN. Según los datos de la Comisión Europea, cerca de 430.000 libios se vieron obligados a abandonar su patria en las últimas semanas. La Agencia de la ONU para los Refugiados está preocupada por la situación en la frontera occidental de Libia, donde se concentra un éxodo masivo de la población. En las últimas dos semanas alrededor de 15.000 personas abandonaron sus hogares en esta región del país norteafricano.