El Patriarca ruso pronuncia su tradicional discurso de Pascua

"¡Jesucristo ha resucitado!". Así empezó su tradicional discurso de Pascua, el Patriarca de Moscú y Toda Rusia Cirilo.

El Patriarca recordó el origen de la mayor fiesta eclesiástica para la Iglesia Ortodoxa y explicó la importancia del milagro de la resurrección del Salvador para la gente en nuestros días. Este es un extracto de los principales mensajes lanzados por el máximo responsable de la Iglesia rusa:

"La resurrección de Cristo no es un acontecimiento del pasado, en realidad está presente aquí y ahora. El Salvador resucitado se encuentra en su iglesia, junto a los que creen en él. Recibe a los fieles que vienen arrepentidos y con fe. Completa sus corazones con su fuerza bendita, como cuando les otorgaba fuerza y valor a sus discípulos. Tenemos que llevar su testimonio hasta los confines de la Tierra".

"Su regreso es un hecho importantísimo, tanto en la historia de la humanidad como en la vida de cada persona. Por eso recordamos la realidad de aquel cambio que también ocurre en nuestros días: es la fuerza de Cristo resucitado. Este cambio lleva al hombre de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida, del abatimiento a la esperanza. Una transformación que ocurre en la vida de cada persona que se acerca a Dios con fe sincera".
 
"Con las palabras '¡Jesucristo ha resucitado!', expresamos con seguridad de qué manera resucitó Cristo y cómo resucitaremos nosotros con la ayuda de la fuerza divina. Entonces Dios liberará el universo para siempre de cualquier mal y pecado. Todos los que busquen el triunfo de la verdad divina obtendrán una alegría infinita. También expresamos nuestra fe en la gran predestinación del hombre, en el incondicional valor de su personalidad ante los ojos de Dios, que quiere guiarnos hasta el triunfo eterno".  

"Al pronunciar '¡Jesucristo ha resucitado!' expresamos nuestra aspiración a cambiar nuestras vidas conforme a esta gran esperanza. Confirmamos que queremos modificar nuestros caminos, rechazar lo que pertenece a la oscuridad, todo lo que no es compatible con el cristianismo, es decir, dejar de lado cualquier mal, odio y envidia".

"Evitamos cualquier mentira, tanto en las relaciones personales, como en las públicas. Expresamos nuestra disposición a emprender el camino de la fe y el amor a Dios. El amor que en nuestra vida terrestre se manifiesta en primer lugar en la ayuda a los que atraviesen dificultades, en la preocupación por los que están sufriendo".

"En el santo día de la Pascua, que cada uno de nosotros lleve la gran noticia sobre la resurrección de Cristo a sus familiares y amigos. Vamos a expresar nuestra alegría de la fiesta no sólo con palabras, sino también con hechos. Visitemos por ejemplo a los que estén solos, alegremos a los que sienten tristeza, ayudemos a los necesitados: a los niños en los orfanatos, a los reclusos en las cárceles, a los ancianos. Y Cristo Redentor resucitado que nos fortalezca con su gracia omnipotente. ¡En verdad, Jesucristo ha resucitado!".