Unos saboteadores desconocidos hicieron explotar el principal gasoducto de Egipto, ubicado al sur de la ciudad de Al Arish, en la península del Sinaí. El estallido provocó un incendio, las llamas alcanzaron una altura de veinte metros. Las Fuerzas de Seguridad egipcias sospechan que la detonación podría ser obra de alguna organización radical.
El director de la compañía egipcia de gas natural Gasco, Magdi Tawfiq, que efectúa la gestión del gasoducto utilizado para exportar gas a otros países de la zona, afirmó que el incendio ya ha sido controlado y que no se han producido víctimas.
No obstante, para controlar el fuego la compañía se vio obligada a suspender las entregas de gas en la parte afectada de la tubería, que suministra combustible a las operaciones de exportación, las fábricas de cemento, las instalaciones de electricidad de Al Arish y las casas de esta ciudad. Esta medida elevará el precio del producto y forzará a la Compañía Nacional de Electricidad a recurrir a combustibles pesados para generar energía.
La región de Al Arish, situada a 70 kilómetros de la Franja de Gaza, es una zona donde se ubica un conjunto de gasoductos procedentes del mar Mediterráneo que se dirigen hacia instalaciones principales para exportar gas a otros países. Egipto no es un gran exportador de gas, pero los países vecinos como Israel y Jordania dependen de las entregas egipcias para satisfacer sus necesidades de energía y gastan miles de millones de dólares en adquirir gas natural de Egipto.
No es el primer sabotaje en el gasoducto. La anterior explosión del pasado 5 de febrero, en medio de las revueltas populares, interrumpió la circulación de gas y redujo en un 50% los suministros a Israel y Jordania.