La Organización de las Naciones Unidas denunció a las autoridades de varias ciudades brasileñas, sedes de la Copa del Mundo de Fútbol y los Juegos Olímpicos, por practicar desalojos y desplazamientos forzados en las zonas de construcción de instalaciones deportivas, algo que podría constituir violaciones de los derechos humanos.
La relatora especial del organismo sobre el derecho a un alojamiento digno, Rachel Rolnik, expresó su preocupación por “falta de transparencia, de negociación justa y de participación de las comunidades afectadas en procesos de desalojos llevados a cabo o planeados en conexión con el Mundial y los Juegos Olímpicos”. Rolnik indicó que los casos se han registrado en San Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Curitiba, Porto Alegre, Recife, Natal y Fortaleza. Según la relatora, en esas zonas ya se han realizado numerosos desplazamientos sin que se haya propuesto alternativas a las familias.
"Se ha dado insuficiente atención al acceso a las infraestructuras, servicios y medios de subsistencia en los lugares donde se ha realojado a la población desalojada", afirmó.
Agregó que la compensación que se les otorgó a las comunidades afectadas era muy baja, a pesar de que el valor de los terrenos en disputa va en incremento debido a que se construirán allí instalaciones para los eventos deportivos más importantes a nivel mundial. Tomó como ejemplo la ciudad de San Paulo, donde “miles de familias han sido ya evacuadas en relación con el proyecto conocido como 'Agua Espraiada', y donde otras diez mil están enfrentadas al mismo destino”.
Asimismo, la relatora insistió en que las autoridades locales pararan los desalojos y se comprometieran a dialogar con los habitantes de las zonas y a ofrecerles soluciones reales. Exhortó al Gobierno a que adopte un “Plan de Legado” para garantizar que los Juegos Olímpicos y el Mundial tengan un impacto social y medioambiental positivo y que se eviten las violaciones de los derechos humanos.
"Esto es un requerimiento fundamental para garantizar que estos dos megaeventos promueven el respeto por los derechos humanos y dejan un legado positivo en Brasil", sostuvo.
No es la primera vez que los preparativos de Brasil para las Olimpiadas y para el Mundial reciban tajantes críticas. En marzo pasado, el presidente de la FIFA, Sepp Blatter, reprochó a Brasil por la lentitud con la que está realizando las labores de construcción. Blatter acusó a los brasileños de comportarse como si la Copa Mundial fuera “pasado mañana”, cuando en realidad es “mañana”.