Francia podría solicitar una intervención en Siria
Una preocupación para el Gobierno francés en los últimos días ha sido Siria, donde tienen lugar fuertes protestas antigubernamentales. Algunos expertos temen que el país liderado por Nicolas Sarkozy opte por una intervención militar allí para alcanzar sus propios objetivos.
Hoy en día el país galo está mucho más involucrado en la resolución de conflictos militares alrededor del mundo que hace medio siglo. Francia esta inmersa en operaciones militares simultáneamente en Afganistán, Libia y Costa de Marfil. Sin embargo ésta aún no es una lista cerrada: algunos expertos afirman que un cuarto país está a punto de sumarse a ella.
El ex vicepresidente del Parlamento de Bélgica, Lode Vanoost, afirma que Francia tiene a espías en Siria ya desde hace décadas y por lo tanto las autoridades harán todo lo posible para cambiar con su influencia el régimen.
Algunos analistas mencionan que la relación del país galo frente a la situación en Siria reproduce en cierta manera el caso libio. El gobernante sirio, Bashar Al-Assad, fue invitado a París para mantener conversaciones con las autoridades francesas, al igual que Muammar Gaddafi anteriormente.
Después el Gobierno de Nicolas Sarkozy prestó apoyo financiero a la oposición en ambos países. Y ahora Francia solicita duras sanciones financieras contra Siria, tal y como pasó antes de la intervención militar en Libia.
Algunos activistas sirios suponen que luego podría recurrirse a la ayuda aérea militar para apoyar a la oposición y no están de acuerdo en que pueda llegarse a esos extremos.
Sin embargo Siria, que antes era colonia francesa, puede ser sólo un trampolín para intervenir en otro país de la región: Irán. Una prueba más de este supuesto escenario es que Francia se muestra muy en contra de las ambiciones nucleares de Teherán y participa en todas iniciativas internacionales para bloquearla.
Si la situación se desarrollara de este modo significará que la política francesa parece regresar a posturas más propias de los tiempos de su antiguo Imperio, una vía que puede terminar en un callejón sin salida. Especialmente si se tiene en cuenta que hasta el momento las posiciones de los radicales en los países que sufren de la agresión occidental no han hecho nada más que intensificarse.