Pasados algunos días desde el asesinato del terrorista 'número uno' del mundo los oficiales estadounidense han revelado nuevos detalles de su muerte y los obstáculos que hubo que superar para "hacer justicia".
Según las nuevas afirmaciones de la Casa Blanca, Osama bin Laden “no iba armado, pero intentó defenderse.” Contestando a una pregunta bastante lógica de uno de los periodistas, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, prefirió no entrar en muchos detalles: “La resistencia no necesita de un arma de fuego”.
Además no hubo tantos muertos en la Operación Gerónimo como se difundió en un primer momento. La mujer 'preferida' de Osama, que trató de defenderle al ver a los comandos entrando y disparó a los militares, no resultó muerta. Amal Al-Sadah, de 27 años de edad, recibió un tiro en su pierna y sigue viva. Sin embargo otra mujer de Bin Laden, Sheik Abu Ahmed, sí fue asesinada durante la operación.
En total en la casa había entre 17 y 18 personas durante el ataque de los militares norteamericanos, según informa la inteligencia pakistaní. Entre ellos estaba una hija del terrorista. La niña, de 12 años de edad, presenció la muerte de su padre y después, según la información de las fuentes estadounidenses, le identificó.
La casa en la que, de acuerdo con algunas informaciones, había vivido el terrorista durante seis o siete años no se parece en nada a una cueva. Sin embargo sus habitantes vivían una vida muy aislada. Según los vecinos, pocas veces salieron fuera de la cerca, raramente iban a una tienda y nunca echaron la basura en los contenedores comunes.
A la vez los periodistas precisan que la casa no estaba equipada con dispositivos técnicos o tecnológicos incluyendo televisores y teléfonos. Según la primera mujer de Osama bin Laden, el fallecido seguía principios religiosos muy rigurosos y por ello no permitía entrar en su vida cotidiana a avances de este tipo.
Aunque el terrorista vivía una existencia aislada algunos científicos afirman que los estadounidenses podrían haber acabado con el cabecilla ya en 2008 de haber tenido en consideración su investigación. Hace tres años un equipo liderado por el geógrafo Thomas Gillespie, de la Universidad de California, hizo una investigación y reveló que la posibilidad de encontrar a Bin Laden en la ciudad de Abbottabad era del 88,9%.
El estudio se basó en un modelo científico para observar las especies en vías de extinción que tienen en cuenta a la hora de elegir su hábitat las mejores condiciones para su supervivencia.
De cualquier modo, desde hace unos días todo el mundo se ha centrado en la muerte de Bin Laden y la casa número 25 en Abbottabad, que fue el último hogar para el líder del terrorismo internacional, se ha convertido en un lugar de peregrinación. Para algunos es una obligación profesional. Otros vienen en busca del souvenir yanqui: los restos del helicóptero abandonado por las fuerzas de EE. UU. se podían vender a buen precio. Los demás quieren encontrar alguna señal sobre los últimos momentos de vida del cabecilla de Al Qaeda: la ausencia del cadáver no deja a los escépticos tranquilos, haciéndoles dudar de que Bin Laden ya esté en el otro mundo.
Los que conocían al terrorista en persona no creen en las declaraciones de los oficiales estadounidenses que afirman que Osama estaba desarmado. El presentador de un canal televisivo pakistaní, Hamid Mir, asegura que Bin Laden le repitió varias veces que no cedería y que lucharía hasta el último momento.
La situación es todavía más confusa porque varias fuentes de Al Qaeda insisten ya desde hace tiempo en que Bin Laden murió hace años. Algunos informan de la muerte por cuestiones de salud, otros dicen que falleció en un ataque ya en 2001 y ahora su cuerpo está en un lugar secreto para que Estados Unidos pueda seguir usando la excusa de la guerra contra el terrorismo global para mantener su presencia en la zona de Oriente Medio. No obstante, no se puede ignorar el hecho de que la información procede de los partidarios de Al Qaeda.
Mientras tanto Washington está pensando en la idoneidad o no de publicar las imágenes que muestran el cadáver de Bin Laden. Por un lado sería la prueba del final exitoso de la Operación Gerónimo, por otro lado, pese a ser “espantosa”, la imagen podría provocar reacciones “incendiarias” en algunas partes del planeta.