El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tomó la decisión de no publicar las imágenes del cadáver del exlíder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, según fuentes de la administración estadounidense.
Con esta declaración Obama puso fin a un amplio debate que ha tenido lugar en la Casa Blanca sobre la necesidad y conveniencia de divulgar o no las imágenes, que el vocero presidencial, Jay Carney, había calificado como ‘truculentas’ y cuya publicación, según él, podrían tener un efecto ‘incendiario’.
De acuerdo con las fuentes del Pentágono, la Casa Blanca cuenta con tres series de documentos gráficos: fotografías del cuerpo, vídeos de la ceremonia en la que se echó el cadáver al mar e imágenes del interior de la residencia en la localidad paquistaní de Abbottabad.
Aunque algunos sectores de la población, así como numerosos familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre del 2001, habían pedido la publicación que demostrara la muerte del terrorista, la Casa Blanca se inclinó por los argumentos de quienes prefieren mantener las imágenes clasificadas. Así, según los servicios de inteligencia, la publicación podría poner en peligro el éxito de futuras operaciones militares.
El presidente del Comité de las Fuerzas Armadas en la Cámara de Representantes, el republicano Mike Rogers, a su vez, señaló que la divulgación de las fotografías podría aumentar el peligro para las tropas en Afganistán o en otros lugares del exterior.
El terrorista más buscado del mundo murió de dos disparos, uno en la cabeza y otro en el pecho, en el transcurso de una operación militar llevada a cabo por comandos de elite estadounidense contra la residencia en la que se ocultaba Bin Laden en Abbottabad, a unos cincuenta kilómetros de la capital de Pakistán, Islamabad.